BEATO JACOB GAPP
13 de agosto
1936 d.C.
Nació en Wattens, Austria, en el seno de una familia obrera.
Participó como soldado en la I Guerra Mundial, y fue
condecorado; derrotado el ejército austriaco fue hecho
prisionero durante nueve meses, durante los cuales, se adhirió
al comunismo. En 1919 regresó a su casa y su madre sufrió
muchísimo al verle su cambio ideológico y rezó por
él hasta lograr su conversión.
Fue tal su conversión que decidió hacerse
marianista y se presentó así: “Aquí estoy. Soy
socialista y quiero ser sacerdote. Si no sirvo dígamelo cuanto
antes, y me voy a casa”. De su antiguas ideas le quedó la lucha
por la justicia social y un amor muy grande por los pobres.
Estudió y trabajó en Graz en un colegio marianista.
Durante cuatro años realizó los estudios
teológicos en la Universidad Católica de Friburgo de
Suiza. Fue ordenado sacerdote en 1930. Volvió a su patria y
durante varios años ejerció un intenso apostolado entre
la juventud de varios colegios marianistas. Se destacó en todo
momento por una encendida defensa de la incompatibilidad de la fe
católica con la ideología nazi. Después del cierre
de los colegios marianistas trabajó como profesor de
religión en Reutte, pero le denunciaron por decirle a los
alumnos que había que amar a los judíos.
Sufrió por ello una implacable
persecución, que le llevó a refugiarse primero en Francia
y después en España, donde fue hospedado en las casas de
los marianistas de San Sebastián, Cádiz y Valencia. Fue
detenido finalmente en Hendaya por la Gestapo, a consecuencia de una
treta. Sus interrogatorios en la cárcel de Berlín
impresionaron tanto al jefe de la Gestapo, Heinrich Himmler, que
exclamó: “Alemania ganaría la guerra si tuviéramos
un millón de hombres como Gapp, pero nacional-socialista”.
Murió guillotinado en la cárcel de Plötzensee de
Berlín, tenía 46 años. Beatificado por San Juan
Pablo II el 24 de noviembre de 1996.