BEATO ISAÍAS
BONER DE CRACOVIA
8 de noviembre
1471 d.C.
Nació en Cracovia. En 1415 vistió el hábito
agustino en el convento de Santa Catalina de Cracovia. Eran los
momentos oscuros del cisma de Occidente y del triunfo de las doctrinas
heréticas de Huss, que no tardarían en encender el fuego
de la guerra socio-religiosa en la cercana Boemia. Se le encargó
que enseñara Sagrada Escritura, lo que hizo con extraordinario
éxito.
En 1419 fue enviado a
estudiar a Padua, y allí permaneció casi cuatro
años, obteniendo el lectorado en Teología y recibiendo la
ordenación sacerdotal. De vuelta a Polonia fue encargado de
dirigir a los jóvenes estudiantes profesos, asistiéndolos
espiritualmente como maestro y como profesor de Sagrada Escritura en el
estudio del convento. Nombrado visitador provincial, recorrió la
provincia de Baviera. En 1443 consiguió el grado
académico de magister en la Universidad Jaguellónica de
su ciudad natal. En 1452 lo encontramos de nuevo en Ratisbona como
delegado del Padre General para presidir la celebración del
capítulo de la Provincia.
Fuera de estos cargos
de responsabilidad dentro de la Orden, prueba de la estima de que aun
fuera de su patria gozaba entre los suyos el Magister Poloniae, su
principal actividad fue la enseñanza de las ciencias sagradas en
la universidad de Cracovia, donde fue apreciado y querido por sus
contemporáneos. Amigo y confidente de los santos y beatos del
denominado “felix saeculum Cracoviae”, como san Juan de Kety o
el canónigo regular el beato Estanislao Kazimiercyk.
A
su muerte fue sepultado en el claustro del convento. En torno a sus
restos creció el culto popular, y comenzaron a serle atribuidos
milagros y gracias. Y aunque el título de beato del que disfruta
entre los suyos -en 1617 fue incluido entre los santos protectores de
Polonia-, aún no ha sido ratificado por Roma, su tumba en la
cripta de la iglesia de Santa Catalina sigue siendo meta de un
incesante peregrinar de devotos, muchos de ellos estudiantes
universitarios.