BEATA ISABEL
REMIÑAN CARRACEDO
6 de agosto
1936 d.C.
María del
Consuelo nació en Seavia de Coristanco, localidad de Amboade (La
Coruña, España), en el seno de una familia de labradores
de posición desahogada, católicos practicantes.
«Persona
de carácter, de constancia, de energía y decidida, sabe
dejar la casa paterna e ir a Santiago a estudiar y prepararse para
religiosa» (carta de su pariente Don Antonio Carracedo
Viña, párroco de Sofán).
María del
Consuelo recibió la confirmación, como era preceptivo
para iniciar la vida religiosa, y el 19 de noviembre de 1905
vistió el hábito en el noviciado de la Casa Generalicia
de las Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor, cambiando
su nombre por Hna. Isabel. Emitió su profesión temporal
el 12 de diciembre de 1907 y la perpetua el 15 de diciembre de 1912
también en la Casa Generalicia.
Padecía
escrofulismos, lo que le producía fístulas en la piel. El
Señor la probó en sus últimos años con esta
enfermedad, por lo que fue preciso que pasara a la enfermería de
la Comunidad, y fue entonces el momento en que se vio más
patente su humildad y su espíritu de sacrificio. Se sabía
que se hallaba enferma, pero no por lo que se quejara (nunca se la
oyó lamentarse), sino por lo que en ella se veía. En
marzo de 1936 ingresó en el Hospital de la Venerable Orden
Tercera, ocupando la cama 2 en la sala Mártires, con el
diagnóstico de lupus tuberculoso en la cara.
Ante los disturbios
políticos y revolucionarios que conmovían Madrid, se
creyó que podría permanecer como una enferma más
en el hospital de la V. O. T., pero de allí tuvo que salir con
las otras religiosas, refugiándose en un piso que los Superiores
habían dispuesto en la calle Arenal. Permaneció
allí algún tiempo, pero los registros se sucedieron y
creyendo estar mejor defendida en el hospital se encaminó hacia
él; las turbas la reconocieron, se adueñaron de ella;
según unos murió apedreada, aunque hay quien afirma que
su cuerpo fue brutalmente destrozado atado parte a un camión y
parte a otro.
Fue asesinada el 6 de agosto de 1936 en Madrid. Su cadáver
apareció el 7 de agosto en el kilómetro 5 de la carretera
de Perales del Río. Su tumba permanece en lugar ignorado
mientras el testimonio de su vida rubricado con su sangre es un grito
de fidelidad y entrega. Fue beatificada por SS Francisco el 13 de
octubre de 2013.