BEATO IGNACIO FALZON
1 de julio
1865 d.C.
Nació en
La Valletta (Malta), en el seno de una familia acomodada. A los 15
años recibió la tonsura clerical y después las
ordenes menores, pero nunca se sintió digno del sacerdocio, a
pesar de las instancias de su obispo. En 1833, obtuvo el doctorado en
Derecho canónico y civil en el Ateneo de Malta, aunque nunca
ejerció su profesión. Estudió ingles (cosa rara en
la época) pero esencial para mantener relaciones con los
soldados ingleses que llegaron a Malta para preparar la guerra de
Crimea.
Su trabajo fue la catequesis con los niños. Fue muy
devoto de la Eucaristía. La adoración y la
meditación fueron su alimento espiritual, hasta el punto que
suscitó la admiración de los fieles que frecuentaban la
parroquia de San Pablo Náufrago y la franciscana de Santa
María de Jesús. Tuvo una devoción especial por
María y san José. Siempre apoyó las vocaciones
sacerdotales. Socorría continuamente a los necesitados.
Edificó a todos con sus virtudes, especialmente a los soldados y
marineros británicos. Comenzó organizando oraciones y
clases de catecismo para los militares católicos que se
preparaban para partir al frente.
Al acercarse a ellos, muchos no eran católicos,
anticipó el espíritu ecuménico de respeto y de
diálogo, y consiguió la conversión al catolicismo
a más de 650 anglicanos. Además, sobresalía por su
capacidad de inspirar confianza incluso en los que no se habían
convertido: le encomendaban sus objetos personales y valiosos, para que
se los entregara a sus seres queridos en caso de muerte.
Vivió una existencia silenciosa: su santidad se
intuía viéndolo orar ante el Santísimo. Algunos de
sus colaboradores se hicieron sacerdotes y capellanes militares o
navales, y uno de ellos, que permaneció en Malta,
prosiguió esta misión. Fue miembro de la Orden
franciscana seglar. Murió en La Valletta y está sepultado
en la tumba de la familia en la iglesia franciscana de Santa
María de Jesús, en la Valletta. Fue beatificado por
SS Juan Pablo II el 9 de mayo de 2001.