BEATA HUMILIANA DE
CERCHI
19 de mayo
1246 d.C.
Nació en Florencia, en el seno de una poderosa y rica familia.
Se casó a los 16 años y soportó con paciencia los
malos tratos que le propició sus marido y del que tuvo dos
hijas. Su marido le prohibió que hiciera obras de caridad, y
ella a escondidas, junto con su cuñada Ravenna, logró
burlar la prohibición del marido, y para hacerlo
prescindió de las joyas y adornos personales. Después de
la muerte prematura de su marido al que logró convertir con
paciencia y solicitud, se dedicó a la educación de sus
hijas, pero éstas fueron reclamadas por la familia de su marido.
Quiso hacerse religiosa pero no fue recibida ni en las
Mendicantes de Florencia, las Dominicas de San Jacopo de Ripoli y las
Clarisas de Monticelli. Tal vez también para contrarrestar el
deseo del claustro, su padre Ulivieri le negó la dote,
condenándola a una total dependencia y a un papel de pasiva
inutilidad en la economía doméstica. Convertida en
huésped indeseado en la familia, que gracias a los matrimonios
se abría un complejo juego de alianzas, Humiliana, vio incluso
peligrar el espacio familiar necesario para su devoción privada.
Logró licencia de su padre para retirarse en una
torre de la casa paterna, en pobreza y penitencia y dedicada a las
obras de misericordia. Se hizo la primera Terciaria franciscana
claustral de Florencia y se entregó intensamente a la
oración y obras de caridad. Humiliana dio testimonio de pobreza
evangélica, de amor a Dios y al prójimo. Asistida por los
franciscanos, murió a los 27 años en Florencia. Su
culto fue aprobado por Inocencio XII el 24 de julio de 1694.