BEATO HUMBERTO DE SABOYA
4 de mayo
1188 d.C.



   III Conde  de Saboya. Nació en el castillo de Avigliana en el Piamonte. Quiso ser religioso pero debía gobernar sus estados. Después de un matrimonio sin descendencia, se volvió a casar on Gertrudis de Flandes, parienta suya, y cuyo matrimonio fue declarado inválido, sin que hubiera tenido hijos. Se casó con Clementina de Zärhringen, de la que tendrá dos hijas. Por fin se casó con Gerarda de Maçon, que será la madre de su hijo y heredero Tomás de Saboya.

   Como hombre político se buscó el engrandecimiento de su Casa, chocando con los intereses feudales de la época, del rey de Francia y de los objetivos imperialistas de Federico Barbarroja. También chocó con obispos y señores, el obispo el beato Antelmo de Chignin, lo excomulgó, pero Humberto recurrió al papa Alejandro III, que le declaró inocente. También chocó con los obispos de Turín. En las luchas entre el papado y el Imperio optó por el primero, aunque era vasallo del emperador, al final de su vida fue declarado rebelde por el Imperio. Aprendió el arte de gobernar de san Amadeo de Lausana, que era su pariente. Fue un hombre de oración y de gran piedad, con una estrecha conciencia en todos los asuntos y amante de la paz.

   Cuando el nacimiento de su hijo, renunció a los honores del condado. Se retiró a la abadía de Hautecombe sin profesar, pero sus vecinos aprovecharon la ocasión para invadir sus estados, y tuvo que salir del convento para luchar contra ellos. Murió en paz en la abadía de Hautecombe. Su culto fue confirmado el 7 de septiembre de 1838 por Gregorio XVI.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)