BEATOS HUGO FARINGDON,
JUAN EYNON Y JUAN RUGG
15 de noviembre
1539 d.C.
Suele
atribuirse al Beato Hugo el apellido de Faringdon porque nació
ahí. Su verdadero apellido era Cook. El beato ingresó en
el monasterio de Reading, donde ejercía el cargo de
subcamarlengo cuando fue elegido abad en 1520. La abadía era
importante puesto que incluía una curul en la Cámara de
los Lores, y quien la ocupaba era magistrado condal.
El Beato mantuvo la disciplina en su monasterio y "no
podía soportar" a los predicadores de las nuevas doctrinas, a
quienes calificaba de "herejes y hombres sin escrúpulos". Sin
embargo, cuando empezó a ejercer el cargo de abad, estaba en muy
buenos términos con Enrique VIII, tal vez en demasiado buenos
términos. En efecto, el rey fue a visitarle y le llamó
"mi propio abad". La cosa no paró ahí, sino que el abad
llegó incluso a firmar una petición a Clemente VII para
que anulase el matrimonio de Enrique. En 1536, firmó los
artículos de fe de la Convocatoria, que reconocían
virtualmente la supremacía regia sobre la Iglesia de Inglaterra.
Todavía en 1537, gozaba el abad del favor del rey, puesto que
tomó parte muy prominente en los funerales de la reina Juana
Seymour en Windsor. Algunas semanas más tarde, ofendió al
monarca, al informar a Cromwell y al abad del vecino monasterio de
Abingdon, que corría el rumor de que el rey había muerto.
Una comisión le juzgó y le puso en libertad.
En 1539, fueron suprimidos los grandes monasterios. Todo
el mundo sabía que el abad de Reading no estaba dispuesto a
entregar el suyo. En efecto, al fin del verano, el P. Hugo fue
confinado en la torre de Londres, con el cargo traición. Con
él fueron juzgados el beato Juan Eynon y el beato Juan
Rugg.
Eynon era un sacerdote de la iglesia de Saint Giles, en
Reading, que ya desde antes había tenido dificultades con las
autoridades por haber copiado y distribuido la proclama escrita por
Roberto Aske sobre la «Peregrinación de Gracia»
(1536).
Rugg era un prebendado de Chichester que vivía
retirado en la abadía de Reading. Entre otras cosas, se le
acusó de haber conservado una reliquia de la mano de san
Anastasio, «sabiendo que Su Majestad ha enviado visitadores a la
dicha abadía para que acabasen con tal idolatría».
Suele afirmarse que estos dos sacerdotes ejecutados junto con el Abad
eran monjes, pero no está probado. Como sucede en el caso del
Beato Ricardo Whiting, no sabemos en qué términos fue
formulada la sentencia; sin embargo, debió aludir indudablemente
a la negación de la supremacía regia, ya que el beato
Hugo habló claramente sobre la cuestión en el cadalso,
diciendo que la supremacía de la Santa Sede en lo espiritual era
"creencia común de aquellos que mayor derecho tienen a de clarar
la verdadera doctrina de la Iglesia en Inglaterra". La ejecución
se llevó a cabo frente a la puerta de la abadía de
Reading, el mismo día en que fueron martirizados los monjes de
Glastonbury. Los tres fueron beatificados en forma equivalente en 1895
por León XIII.