1216-1227 d.C.
Pertenecía a la familia Savelli y había sido preceptor de
Federico II. Trató de seguir la política de Inocencio,
pero tanto su carácter, inclinado a la meditación, como
la mala voluntad del emperador, le impidieron realizar los planes
forjados por Inocencio durante el Concilio de Letrán. Federico
fue una personalidad muy dotada, amigo de las letras y las artes,
más diplomático que guerrero. Hizo todo lo posible por
asegurar su poder en Sicilia y en el sur de Italia, se apoderó
de Spoleto, que pertenecía a la Iglesia; se casó con la
hija del rey de Jerusalén, tomando con ello el título y
la corona de este reinado, y supo engañar al Papa, prorrogando
sin fin el comienzo de la nueva cruzada y haciéndose coronar
como emperador, por Honorio III, en 1220.
Al principio del mismo año había coronado a su hijo rey de Alemania, a pesar de su promesa de conformarse sólo con el reino de Sicilia. Era evidente que su fin era el de hacer renacer el Imperio de Occidente y conquistar Italia. Una nueva liga normanda se formaba ya contra él, cuando el Papa fallecía. El encuentro de Honorio III con San Francisco fue eternizado por Giotto en uno de sus frescos de la Basílica de Asís.
Al principio del mismo año había coronado a su hijo rey de Alemania, a pesar de su promesa de conformarse sólo con el reino de Sicilia. Era evidente que su fin era el de hacer renacer el Imperio de Occidente y conquistar Italia. Una nueva liga normanda se formaba ya contra él, cuando el Papa fallecía. El encuentro de Honorio III con San Francisco fue eternizado por Giotto en uno de sus frescos de la Basílica de Asís.
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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)