GREGORIO XII
1406-1415 d.C.



   Angel Corrario era veneciano, y tenía setenta años cuando fue elegido por los Cardenales reunidos en Roma. El cónclave le había elegido con la condición de que dimitiese si Pedro de Luna lo hacía. De esta manera se pensaba resolver el grave problema del cisma, procediéndose luego a la entronización de un sólo Papa. Pero ni Benedicto XIII ni Gregorio XII cedieron. La situación se complicó cuando, reunido el concilio de Pisa (1409), los Cardenales y Obispos eligieron otro Papa en la persona del Cardenal de Milán, Pedro Filargis, de origen griego, bajo el nombre de Alejandro V. La cristiandad tenía tres Papas, ya que los dos existentes, depuestos por el Concilio, se negaron a abandonar la tiara.

   En 1410, el Cardenal Baltasar Cossa sucedía a Alejandro V, bajo el nombre de Juan XXIII. Un nuevo concilio tenía que ser convocado en Roma, pero la Ciudad Eterna fue saqueada por las tropas napolitanas. Juan XXIII se refugiaba en Alemania, donde el emperador Segismundo había realizado finalmente la unidad, después de entenderse con su hermano Wenceslao. El emperador decidió intervenir para volver a establecer la unidad de la Iglesia, y obligó a Juan XXIII a convocar un concilio. El concilio se reunió en Constanza en 1413. Cuando se dio cuenta de que los reunidos hacían poco caso de su persona, Juan XXIII abandonó el concilio y se refugió en Schafhausen.

   El concilio concluyó entonces afirmando que tenía su autoridad directamente de Dios, que era, por consiguiente, más poderoso que el Papa, y pudo seguir trabajando con éxito, tanto más por cuanto que el Papa legítimo, Gregorio XII, consintió en abdicar. Su enviado, Juan Dominici, comunicó al concilio la decisión del Papa, que falleció poco después. Quedaba Benedicto XIII, al que reconocían todavía España y el sur de Francia. El emperador Segismundo entabló relaciones con el rey de Aragón, que envió delegados al concilio de Constanza, y el 26 de julio de 1415 Pedro de Luna era declarado hereje y cismático. Benedicto XIII no reconoció la validez del veredicto, y, amargado, se encerró en el castillo de Peñíscola, donde falleció en 1422.

   Dos días después de la abdicación de Gregorio XII, el concilio de Constanza condenó a Juan Huss, el hereje de Praga, discípulo de Wyclif. El 6 de julio de 1415 Huss fue quemado vivo en Praga. Símbolo de la resistencia en contra de los alemanes, Huss fue víctima del emperador Segismundo, que veía en él un rival peligroso en Bohemia. Podo después, los campesinos se levantaban en todo el país, y la rebelión fue cruelmente sofocada por el emperador. Con la caída de Benedicto XIII, el concilio de Constanza quedaba como única autoridad religiosa reconocida por todas las naciones cristianas occidentales. El 11 de noviembre de 1417 el concilio elegía nuevo Papa. El cisma de Occidente había terminado.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)