BEATOS GERMAN DE JESUS
Y DE
MARÍA PEREZ JIMENEZ Y 8 COMPAÑEROS
23 de julio
1936 d.C.
En la
localidad de Carabanchel Bajo en Madrid, España,
beatos mártires Germán Pérez Jiménez de
Jesús y María, sacerdote, y ocho compañaeros,
religiosos de la Congregación de la Pasión, que en la
misma persecución llegaro victoriosos a su prueba por Cristo.
Eran: Felipe
Valcobado Granado, Julio Mediavilla Concejero, José
Osés Sainz,Maurilio Macho Rodríguez, Felipe
Ruiz Fraile,Anacario Benito Nozal, Laurino
Proaño Cuestay José María
Ruiz Martínez.
Germán acido
en Cornago (La Rioja), en el seno de una familia muy humilde. Tuvo la
suerte de ser alumno del maestro don Félix Terreros, maestro de
la escuela del pueblo, de cuya docencia, unos cuarenta alumnos suyos
fueron sacerdotes.
En 1912
ingresó en el colegio pasionista de Corella, cambió su
nombre de Manuel por el de Germán de Jesús y
María. Recibió la ordenación sacerdotal en 1923 en
Roma. De 1924 a 1935, estuvo en Cuba, los dos primeros años en
la ciudad de Santa Clara, haciendo el curso de teología pastoral
y sus primeras experiencias apostólicas, y los nueve restantes
en Caibarién, como coadjutor de su parroquia e impulsor de
numerosas actividades apostólicas. Esta fue la etapa más
larga y fecunda de su vida. Fue consiliario de los Caballeros
Católicos de Caibarién. En 1932, se celebró en
esta ciudad la III Convención Nacional de dicha
Asociación. En Punta Brava, un barrio de esta ciudad,
organizó un vasto plan de catequesis y estableció
allí la Cofradía de Nuestra Señora de la Caridad.
Escribió muchas cartas y homilías, conferencias y
discursos que pronunció en la radio de Caibarién.
En 1935,
regresó a España, se le nombró rector del colegio
de Daimiel, y obedeció aunque le costó mucho separarse de
Cuba. Hizo una visita a sus familiares de Cornago, que no veía
desde hacía 21 años. En su nuevo destino se dedicó
por entero a la organización de la catequesis en el pueblo. Tres
características distinguían su personalidad: su desapego
de las cosas de este mundo, su gran caridad y su actuación
siempre con criterio sobrenatural. Fueron beatificados por San
Juan Pablo II el 1 de octubre de 1989.