6 de febrero
1913 d.C.
Nació en Milán en el seno de una familia cristiana.
Estudió en el seminario de Bérgamo y recibió el
sacerdocio en 1875. Fue destinado como coadjutor de su tío
abuelo en la parroquia de San Alejandro in Colonna en Bérgamo,
simultaneó este cargo con el de profesor en el liceo de San
Alejandro, y del seminario de la ciudad y se acreditó como
celoso predicador. Junto con santa Gertrudis Comensoli dio comienzo a
la congregación del Instituto de las Hermanas del
Santísimo Sacramento (1882). La obra floreció, pero
surgieron tales dificultades que el obispo le pidió a Francisco
que se desligara de ella e incluso que abandonara la diócesis.
Se secuestraron todos los bienes inmuebles de su propiedad por el abuso
que otros hicieron de su honestidad y buena fe.
Tras obedecer se marchó a una casa de sus religiosas en Cremona, que no estuvieron de acuerdo con lo sucedido en Bérgamo, con lo que acudieron al obispo de Cremona, que al enterarse de la verdad de lo sucedido y apreciando mucho a Francisco, dispuso que las religiosas de Rivolta d’Adda, Cremona, donde él estaba, abandonaran la Congregación y formasen bajo la dirección de Francisco una nueva bajo su autoridad episcopal, que tomó el nombre de Religiosas Adoratrices del Santísimo Sacramento.
Francisco dedicó lo mejor de sí mismo al fomento del espíritu religioso en sus hijas espirituales y a consolidarla en su doble cometido de la adoración a la eucaristía y a la atención a los pobres. Murió en Rivolta d´Adda. Fue beatificado por Juan Pablo II el 21 de junio de 1992.
Tras obedecer se marchó a una casa de sus religiosas en Cremona, que no estuvieron de acuerdo con lo sucedido en Bérgamo, con lo que acudieron al obispo de Cremona, que al enterarse de la verdad de lo sucedido y apreciando mucho a Francisco, dispuso que las religiosas de Rivolta d’Adda, Cremona, donde él estaba, abandonaran la Congregación y formasen bajo la dirección de Francisco una nueva bajo su autoridad episcopal, que tomó el nombre de Religiosas Adoratrices del Santísimo Sacramento.
Francisco dedicó lo mejor de sí mismo al fomento del espíritu religioso en sus hijas espirituales y a consolidarla en su doble cometido de la adoración a la eucaristía y a la atención a los pobres. Murió en Rivolta d´Adda. Fue beatificado por Juan Pablo II el 21 de junio de 1992.