BEATO FRANCISCO SEGALÁ SOLÉ
20 de agosto
1936 d.C.
Francisco (Francesc en catalán)
Segalà Solé nació en Montgai (Noguera), diócesis
de Urgell, el 25 de mayo de 1912. Era hijo de Josep Segalà Sorribes
y de Cecília Solé Massana. Recibió el bautismo en la
iglesia parroquial el 28 de mayo de 1912. Recibió el sacramento de
la confirmación el 23 de marzo de 1923, en la parroquia de Penelles.
A los 11 años entra en el seminario de Urgell, pero después
de dos cursos de humanidades, conoció durante las vacaciones de verano
en el pueblo dos religiosos carmelitas que habían ido a predicar:
Silverio de San Luis Gonzaga y Bernat de la Sagrada Familia. Francisco decidió
seguir sus estudios en el colegio preparatorio que los carmelitas descalzos
tenían en Palafrugell, donde completó los restantes tres años
de Humanidades. En 1928, cuando contaba 16 años, inició el
noviciado en Tarragona. Hizo su profesión religiosa el 8 de septiembre
de 1929. Proseguirá los estudios de Filosofía, que cursa en
Badalona durante tres años, y de Teología en Barcelona. Por
este tiempo, Francisco se carteaba mucho con su hermano sacerdote Pablo.
Fue ordenado sacerdote el 11 de abril de 1936 por el Obispo Irurita, y cantó
su primera misa en Montgai el 19 de abril de 1936, siendo destinado a Barcelona.
Tras el asalto al santuario de la Virgen del Carmen, en julio
de 1936, salió del convento en compañía del P. Matías
Palau, vestidos de laicos. Francisco fue reconocido como religioso por la
tonsura. Conducido a la Jefatura de Policía, un buen guardia de asalto
le facilitó la liberación. Cuando se vio libre, se dirigió
a la clínica del Dr. Llauradó Julià de Sants, ya que
estaba hospitalizado el hermano Manuel a causa de una operación quirúrgica,
y su madre que lo acompañaba. Una buena familia de la clínica
le acogió unos días hasta que a su hermano le dieron el alta
médica. La madre y los dos hijos retornaron hacia Montgai. Al llegar
a Tàrrega, ya de noche, los detuvieron, pero las acertadas palabras
de la madre les dieron la libertad. A primera hora de la mañana, campo
a través, llegan al pueblo. Al llegar a Montgai en su casa se reencuentran
con su hijo y hermano Pau. Los dos hermanos clérigos hicieron la vida
normal en el pueblo, y no se escondieron. Alrededor del 20 de agosto, el
comité del pueblo los fue a buscar. Fueron conducidos a Lleida, y
fusilados frente al cementerio de Lleida junto con el P. Silverio de San
Luis Gonzaga, y otros religiosos, sacerdotes y seglares hasta sumar 77 personas.