BEATO FRANCISCO RODRIGUEZ CARMONA
1936 d.C.
30 de agosto
Bautizado el día siguiente
de su nacimiento en la Iglesia Parroquial de la ciudad veratense, sintió
desde pequeño la vocación al sacerdocio. Para costear sus estudios
sus padres debieron esforzarse mucho. Su padre, don Juan, marchó a
trabajar fuera y su madre, doña Francisca, sirvió en varias
casas.
Tras unos primeros estudios en la Preceptoría de Vera,
en 1924 ingresó finalmente en el Seminario de Almería. Ordenado
presbítero el once de junio de 1933, tres meses después fue
enviado como Coadjutor a la Parroquia de Tabernas. Exceptuando cuatro meses
de 1934 en que fue Cura Ecónomo de Senés, sus escasos tres
años de ministerio los consagró a la coadjutoría de
Tabernas.
A pesar de su juventud, los taberneros guardan el precioso testimonio
de su vida. De este modo lo recordaba un niño de entonces: «
Era un sacerdote muy querido por el pueblo. Algunas tardes se venía
con los niños y los jóvenes a jugar a la reja. Yo me llevaba
muy bien con él. Era un sacerdote muy piadoso, la Misa la decía
con mucha devoción, nos hablaba mucho de la Virgen, todas las tardes
rezaba el Rosario en la iglesia. A los niños y jóvenes nos
daba catequesis, se sentaba a confesar todos los domingos, nos explicaba
el Evangelio y atraía a la gente a Dios. »
Sus escasos veintiséis años no impidieron su violenta
detención el veinticuatro de julio de 1936, siendo apresado en la
cárcel del pueblo y luego enviado a Almería. Junto a los beatos
Obispos de Almería y Guadix fue martirizado el jovencísimo
presbítero.