BEATO FRANCISCO
MARTINEZ GARRIDO
1938 d.C.
14 de enero
Hijo del sacristán de su pueblo, recibió el Santo
Bautismo a los dos días de su nacimiento en la Iglesia
Parroquial de la Asunción. Abandonó su tierra jienense
para marchar al Seminario de san Idelfonso de Toledo, donde
recibió el presbiterado el once de junio de 1892.
Tras ser Capellán de la fábrica de Armas toledana, fue
nombrado Párroco del arriaciense pueblo de Ciruelos en 1893. Fue
superior del Seminario de Toledo desde 1896 a 1902. Ese año
tomó posesión de la Parroquia de Puebla de Alcocer, en la
provincia de Badajoz. El uno de noviembre de 1907 el Cardenal –
Primado, beato don Ciriaco Sancha y Hervás, lo nombró
Arcipreste – Párroco de santa María de Húescar.
El canónigo Sanchéz Cuevas: «El incidente dio lugar
a una muta compresión entre el Sr. Arcipreste y el Sr. Prieto
que, parece, duró algún tiempo y que la gente del pueblo
interpretó como amistad entre ambos. La realidad es que el
referido político nacional admiró la valentía de
don Francisco dándole la razón. El pueblo alabó su
comportamiento aumentando su prestigio. »
Nada más entrar los milicianos en Huéscar, iniciaron la
Persecución Religiosa y lo detuvieron junto con su Coadjutor.
Con sesenta y dos años, lo separaron de su Coadjutor y
destrozaron su salud hasta que murió preso.
Don Manuel Román González escribe que: «
Pasó por las cárceles de Baza, Guadix, Alhama de
Almería, varias de la ciudad de Almería y por
último Vélez Rubio. Sufrió agotadoras torturas,
privaciones, humillaciones y padecimientos, que agotaron su vida y
coronaron su martirio, que aceptó con ejemplar entereza, que
incluso asombró a sus enemigos. »