BEATO FRANCISCO BAE
GWAN-GYEOM
7 de enero
1800 d.C.
Se le
conoce también como Francisco Baleun. Nació en Jinmok
(Corea del Sur), en la parte de la región del Naepo donde
comenzó a introducirse el catolicismo. Fue uno de los primeros
de esta zona en abrazar la nueva fe.
En el 1791,
comenzó la persecución Sinhae contra los cristianos, que
tuvo su momento álgido el mismo año de su
conversión, por ello fue arrestado, pero al poco tiempo fue
liberado porque apostató. Una vez en su hogar se
arrepintió y puso todo su empeño en vivir la fe con
intenso fervor. Luego se trasladó a Seosan, pero pronto se
marchó a Yangje (actualmente Yangyu-ri), cerca de su ciudad
natal. Allí formó, con otros fieles, una comunidad
cristiana.
Hacia el final de
1794, había entrado clandestinamente en Corea, el misionero
chino el beato padre Jacobo Zhou Wen-mo. Cuando se supo, que este
sacerdote iba a visitar la comunidad de Francisco, entre todos buscaron
un lugar que pudiera ser utilizado como sala de lectura y
meditación, esperando invitar al misionero al final del 1798.
La persecución
anticristiana se introducía paulatinamente por la rivera del
Chungcheong. El 3 de octubre, cuando los católicos del lugar
habían terminado la casa de oración, la policia
irrumpió en el pueblo gracias a un agente secreto. Francisco fue
arrestado inmediatamente y llevado preso a Hongju. El juez local
mandó torturarle para que confesara dónde se encontraba
el lugar de reunión de los católicos y para que entregara
los libros católicos, pero no tuvo éxito.
Terríblemente enfadado, el juez, le refirió al gobernador
de Gongju todo lo sucedido. Éste último ordenó que
Francisco fuera trasladado al cuartel general del ejército en
Cheongju, para ser interrogado.
En Cheongju, nuestro
beato se encontró con otros católicos arrestados, entre
los cuales se encontraba el beato Jacobo Won Si-bo, con el que
compartió sufrimientos. Su fue en Dios era inmensa, fuerte y
firme, aunque su cuerpo estaba completamente lacerado y rotas sus
piernas, además que tenía cerca de 60 años. Las
continuas palizas que le daban los guardias de la cárcel
terminaron con su vida el 7 de enero de 1800 (el 13 de diciembre de
1799 por el calendario lunar).
Franciscó forma parte del grupo de 124 mártires coreanos
capitaneados por Pablo Yun Ji-chung, y que fueron beatificados por el
Papa Francisco el 15 de agosto de 2014, durante su primer viaje
apostólico a Corea del Sur.