BEATO FRANCISCO ARIAS
MARTÍN
1936 d.C.
18 de agosto
Natural de
Granada. Se había educado en las Escuelas del Ave María
del famoso Padre Manjón. Fue ordenado sacerdote diocesano en
1909. Primero fue destinado como capellán de religiosas en la
capital granadina, pasando luego como coadjutor en Algarinejo y en
Loja. Fue un buen sacerdote, celoso de la atención a los
enfermos y de la caridad con los más pobres.
Fue trasladado como coadjutor de la parroquia de San
Nicolás de Granada, hasta que en 1932 fue incendiada y estuvo a
punto de morir abrasado. Con este motivo los Hermanos de San Juan de
Dios, que regentaban el hospital de San Rafael, lo acogieron y se
quedó con ellos viviendo su estilo de vida, esto le movió
a pedir el ingreso en la Orden, en la que ingresó en 1935. Hizo
el noviciado en Ciempozuelos, en el manicomio de San José.
Cuando en 1936, la comunidad fue arrestada, Francisco
huyó a la huerta y se refugió en una cavidad o gruta,
donde permaneció dos días. Fue descubierto y detenido y
dijo: “Mátenme cuanto antes, ¿para qué quiero
vivir? Señor, en misericordia de mi”. Pero le permitieron
lavarse y lo llevaron con sus otros hermanos. Pocos días
después lo llevaron a la parroquia del pueblo convertida en
cárcel. De allí lo sacaron junto con un enfermero del
hospital, llamado Antonio Serrano, y los fusilaron en el km. 5 de la
carretera de Torrejón, en el término municipal de
Valdemoro. Fue beatificado el 25 de octubre de 1992 por el Papa Juan
Pablo II en el grupo de 71 Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios.