BEATA FRANCISCA ANA DE
LA VIRGEN DE LOS DOLORES CIRER Y CARBONELL
27 de febrero
1855 d.C.
Nació
en Sencelles (Mallorca), en el seno de la familia campesina de los
"Xiroia". Quiso hacerse religiosa en el convento de clausura de la
Piedad, pero sus padres no le dieron el consentimiento. Se hizo
Terciaria franciscana, pensando que esa era la voluntad de Dios. A los
40 años, cuando sus padres y hermanos ya habían muerto,
vivió retirada en oración al mismo tiempo que
hacía labores parroquiales, junto su amiga y pariente Magdalena
Cirer. Su ideal fue: "atraer a Dios todo el pueblo y todas las almas de
Sencelles". Asimiló de tal modo el catecismo que lo
enseñaba con facilidad y eficacia a los niños. El pueblo
se convirtió, y la conocieron como la "tía Xiroia". Era
una campesina de 45 años, sin instrucción, pues no
sabía leer ni escribir, pero con unas enormes ganas de servir a
Dios y al prójimo. En esto, el párroco de Felanatix
fundó una casa de caridad, y allá fueron las primeras
compañeras de Francisca. Luego se fundaron las casas de Manacor,
Pollença y Binissalem.
En 1851, los
70 años le encargaron de fundar una Casa de la Caridad, bajo el
espíritu de san Vicente de Paúl, en su casa, en su pueblo
y... junto con su compañera Magdalena. El hábito era el
vestido de las mujeres pobres de su pueblo. La vida un servicio
continuo a la gente. Fue nombrada superiora, pero su vida no
cambió por ello, aunque se hablaba de los fenómenos
extraordinarios de Francisca José, nombre que adoptó al
hacerse religiosa. Fueron muchos los hombres y mujeres de todas clases
sociales que iban a Sencelles a pedir consejo a la "santa". Su muerte
atrajo a muchisimas personas que fueron en peregrinación a
honrarla. Fue
beatificada por SS. Juan Pablo II el 1 de octubre de 1989, y en 2009 el
obispo de Mallorca la nombró patrona de los catequistas de la
diócesis.