FORMOSO
891-896 d.C.



   Había sido legado pontificio en Bulgaria, que se perdió definitivamente para Roma al denegar Adriano II la petición del rey Boris de dejar allí a Formoso como Obispo. En 892, Formoso coronó otra vez a Wido en Ravena. Ante la poderosa y amenazadora ascesión de éste, se decidió a recurrir a la ayuda de Arnulfo, que conquistó Roma y se dejó coronar como emperador. Pero el alemán tuvo que retirarse, y el hijo de Wido, Lamberto, volvió a apoderarse de la Ciudad Eterna. Formoso restauró la Basílica de San Pedro y otras iglesias de Roma.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)