1915 d.C.
29 de agosto
Monseñor Flaviano Michele
Melki, nacido Giacomo (en árabe Ya'qūb), nació en el seno de
una familia perteneciente a la Iglesia monofisita sirio-ortodoxa, pero pasó
al catolicismo. Ordenado sacerdote el 13 de mayo de 1883, estuvo a cargo
de la pastoral itinerante de algunas aldeas en la región de TurAbdin,
donde ayudó a los habitantes a resistir la pobreza y a vivir él
mismo. Fue nombrado vicario patriarcal de Mardin, mientras que el 19 de enero
de 1913 fue consagrado obispo de Gazarta (actual Djézireh o Cizre).
Dos años después, en medio de la persecución de las
minorías cristianas por parte del gobierno del Imperio Otomano, fue
arrestado junto con algunos notables cristianos y líderes religiosos.
Fiel a su decisión de dar la vida por su pueblo, rechazó la propuesta de convertirse al Islam para salvar su vida. Con sus compañeros en el martirio, murió por disparos el 29 de agosto de 1915; los cuerpos fueron arrojados al río Tigris, donde tuvo lugar la ejecución. El proceso diocesano para determinar su martirio en el odio a la fe tuvo lugar en el Patriarcado sirocatólico de Antioquía del 8 de abril de 2010 al 30 de septiembre de 2012. El 8 de agosto de 2015, el Papa Francisco firmó el decreto reconociéndolo oficialmente como un mártir. La beatificación tuvo lugar el 29 de agosto de 2015, exactamente cien años después de su muerte, en el convento de Nuestra Señora de la Liberación en Harissa, Líbano.
Fiel a su decisión de dar la vida por su pueblo, rechazó la propuesta de convertirse al Islam para salvar su vida. Con sus compañeros en el martirio, murió por disparos el 29 de agosto de 1915; los cuerpos fueron arrojados al río Tigris, donde tuvo lugar la ejecución. El proceso diocesano para determinar su martirio en el odio a la fe tuvo lugar en el Patriarcado sirocatólico de Antioquía del 8 de abril de 2010 al 30 de septiembre de 2012. El 8 de agosto de 2015, el Papa Francisco firmó el decreto reconociéndolo oficialmente como un mártir. La beatificación tuvo lugar el 29 de agosto de 2015, exactamente cien años después de su muerte, en el convento de Nuestra Señora de la Liberación en Harissa, Líbano.