BEATO FERNANDO
MARÍA BACCILIERI
13 de julio
1893 d.C.
Nació en Reno
Finalese, Módena (Italia). Fue ordenado sacerdote en la
diócesis de Ferrara en 1844; se dedicó a las misiones
populares, a la predicación cuaresmal, dedicándose a la
dirección espiritual y al mismo tiempo que fue profesor de
italiano y latín en el seminario de Finale Emilia. En 1848
comenzó los estudios de Derecho en la Pontificia universidad de
Bolonia, donde obtuvo el doctorado en Derecho canónico y civil.
En 1851 le fue
confiada la parroquia de Galeazza Pepoli en la diócesis de
Bolonia, donde estaría hasta su muerte. Ejerció su
ministerio durante 41 años, humilde y trabajador, experimentado
director espiritual y predicador, que se volvió
extraordinariamente eficaz, preparada en el estudio y la
oración. En 1867, afectado por una afonía,
continuó la enseñanza catequética con la ayuda de
colaboradores, dedicándose con mayor intensidad a la
dirección espiritual y al ministerio de la
reconciliación, pasando muchas horas en el confesionario.
Convencido de la eficacia de las misiones populares, llamaba a los
Redentoristas y a los Franciscanos para que colaboren con la
predicación y la orientación de los feligreses. Solicita
la participación de los laicos en la vida parroquial, logrando
la colaboración de jóvenes voluntarios para ayudar a
familias pobres, asistir en el servicio litúrgico y apoyar en la
educación a la mujer.
Fundó un instituto religioso, las Mantelatas Servitas de
María de Galeazza, con el fin de hacerse cargo de la
educación de las niñas pobres en el centro educativo que
había construido cerca de la iglesia parroquial. La
congregación surgió de la Cofradía de la Virgen de
los Dolores, erigida en 1852, luego, en 1856, el instituto se
convirtió en Tercera Orden, permaneciendo las jóvenes en
sus hogares, pero viviendo sus votos de castidad, pobreza y obediencia.
Constatando la necesidad de tener unido a este grupo de jóvenes
consagrada, abrió un convento cerca da la casa parroquial. El
Instituto recibió la aprobación diocesana en 1899 y, en
1939, la aprobación pontificia. El trabajo de estas Religiosas
se ha extendido por Italia, Alemania, Brasil, Corea del Sur y la
República Checa. Este hombre de Dios, apóstol de la
confesión, murió Galeazza.