BEATO FALCON DE CAVA
6 de junio
1146 d.C.
Fue educado desde niño en la abadía de la
Santísima Trinidad en Cava dei Tirreni, Campania; tuvo una
formación según los más sanos principios de la
espiritualidad benedictina cluniacense, durante el mandato del abad del
beato Pedro Pappacarbone, abad de este monasterio desde su
niñez. Todavía joven, fue encargado de regir como prior,
el importante monasterio de Santa María en Cersosimo en la
provincia de Potenza y de otros en Calabria, todos sufragáneos
de la abadía de Cava.
En el 1141, sucedió a san Simeón de la Cava como abad de
la Santísima Trinidad de la Cava, donde se manifestó como
experto en Derecho y se distinguió por sus dotes de orador y
buen administrador. Su trabajo está documentado en 8
volúmenes del “Index chronolohicus”. Fueron muchas las
donaciones de bienes y de vasallos que con su trabajo fluyeron a favor
de la abadía y las fundaciones y agregaciones de nuevos
monasterios e iglesias de la Campania a la Basilicata. Fue un eminente
jurista muy apreciado, llamado muchas veces por el rey Ruggero II el
Normando y por los obispos de la región para dirimir asuntos
canónicos, litigios y contenciosos. Está enterrado en la
iglesia de esta abadía. El
16 de mayo de 1928, el Papa Pío XI confirmó su culto.