BEATA EUSEBIA PALOMINO
YENNES
10 de febrero
1935 d.C.
Nació en
Cantalpino (Salamanca), en el seno de una familia campesina muy pobre.
Desde muy pequeña acompañó a su padre, en los
momentos de escasez, a pedir limosna por los pueblos de los
alrededores. Tuvo que dejar la escuela y ponerse a trabajar para ayudar
a su familia, cuidando a otros niños. A los 12 años se
fue a Salamanca con una hermana y se puso a trabajar como
niñera. Trabajó también en el servicio
doméstico de las Hijas de María Auxiliadora. Aquí
sintió la vocación religiosa pero no se atrevió a
pedirlo a las religiosas porque se creía indigna por su pobreza,
pero dos años más tarde en 1924 consiguió ingresar
como religiosa salesiana.
Desempeñó su apostolado en Valverde del Camino una
pequeña ciudad situada en la zona minera de Andalucía en
los confines con Portugal. Las niñas del colegio no la acogieron
bien porque era pequeña, pálida, no era guapa, las manos
gruesas y además un nombre feo. Aquí trabajó en la
cocina, la portería, la lavandería, en el cuidado del
pequeño huerto y en la asistencia de las niñas del
oratorio festivo, a las que contaba vida de santos y que las
impresionaron mucho. Tuvo una gran devoción a la
Eucaristía y a María, y como santa Faustina Kowalska tuvo
una gran devoción por el Amor misericordioso.
En 1931, al prever la guerra civil española, se ofreció
como víctima al Señor, que la llamó después
de una larga enfermedad en Valverde del Camino; comenzó a sufrir
asma en condiciones intolerables, además de otros males que los
ofreció por España. Tuvo varias visiones
proféticas como el martirio de su superiora, la beata
María del Carmen MorenoBenítez. Cuando murió en
Valverde, toda la población asistió al entierro,
repitiendo: “Ha muerto una santa”. Fue beatificada el 25 de abril
de 2004 por Juan Pablo II.