ESPÍRITU DIVINO
Luz
de Dios,
disipa
la tiniebla de mis dudas
y
guíame.
Fuego
de Dios,
derrite
el hielo de mi indiferencia
y
abrásame.
Torrente de Dios,
fecunda los desiertos de mi vida
y renuévame.
Fuerza de Dios,
rompe las cadenas de mis esclavitudes
y libérame.
Alegría de Dios,
aleja los fantasmas de mis miedos
y confórtame.
Aliento de Dios,
despliega las alas de mi
espíritu
y lánzame.
Vida de Dios,
destruye las sombras de mi muerte
y resucítame.
Ven, Espíritu
Paráclito,
Espíritu creador y
santificador,
Espíritu renovador y
consolador,
Espíritu sanador y
pacificador.
Ven y concede hoy a tu Iglesia,
reunida en el Cenáculo con
María,
la experiencia de Pentecostés.
Página Principal
(Pbro. José Manuel Silva Moreno)