BEATO ENRIQUE SUSO
25 de enero
1366 d.C.
Se llamaba
Enrique von Berg Saussen y nació en Bihlmeyer (Constanza) en el
seno de una familia de caballeros. A los 13 años ingresó
en los dominicos del convento San Nicolás de la Isla de
Constanza, cuando la edad mínima prescrita por los estatutos de
la Orden era los 15 años. La derogación fue facilitada
por una suma de dinero ofrecido al convento por su familia, y ello fue
motivo de preocupación y dolor, como si fuera una mancha en su
vida religiosa, hasta que el maestro Eckhart lo tranquilizó,
quitándole todo posible escrúpulo. En su obra
"Horologium" habla de su conversión a los 18 años y,
desde entonces, se consagró a una vida de estudio,
oración y austeridad.
Estudió con el maestro Eckhart en Colonia
(1322 a 1327) y aunque sus superiores querían que fuera doctor,
él se negó por humildad. Volvió a su convento de
Constanza, del que fue Lector principal y luego superior. Como confesor
y predicador obtuvo grandes éxitos por toda Alemania, Suiza y
Bélgica. Pero esto le creó muchas envidias y fue
calumniado. Fue difamado como sacrílego, como hipócrita
embaucador, como empozoñador e incluso como hereje. Una mujer le
acuso de ser el padre de su hijo, y Enrique tuvo que pagarle durante un
año su manutención y soportar el desprecio de sus
hermanos hasta que finalmente se probó su inocencia.
Escribió el "Libro de la Verdad". Algunos juzgaron
este libro como sospechoso de herejía y por ellos tuvo que
sufrir varios procesos. Unido a los "amigos de Dios", se
distinguió por su vida ferviente. Su gracia especial se
centró en la dirección de sus hermanas dominicas, entre
las que destaca Elisabeth Stagel. Escribió también el
"Libro de la Sabiduría eterna", con las cien consideraciones y
oraciones para recitarlas todos los días. Y las "Meditaciones
sobre la agonía de Cristo" y "Soliloquio con la Virgen
María".
Los últimos años los pasó en Ulm
siendo prior del convento. En una de sus cartas nos cuenta que un
día que había tenido que sufrir mucho por penas
interiores, por desprecios y humillaciones, vio desde la ventana de su
celda a un perro que jugaba en el patio con un trapo. Lo mordía,
lo babeaba, lo arrastraba, lo rasgaba. "Así debes tú
hacer, se dijo. Se te arroje en alto o se te tire abajo. Aunque se te
escupa, tu debes aceptarlo todo alegremente, sin protestar, como el
trapo, si él tuviese conciencia". Dentro de la escuela
mística renana, Suso representó la concepción
más suave y dulce de la percepción de Dios, aunque hizo
grandes y graves penitencias para aplacar el apetito de la carne, hasta
que tuvo una visión en la que se le pedía que dejase
semejantes penitencias, que le minaron gravemente la salud. Es famoso
el nombre de Jesús que se grabó a fuego en su
pecho. El culto del beato fue confirmado en 1831 por Gregorio XVI.
Patrón de Constanza.