BEATO ENRIQUE RODRIGUEZ TORTOSA
1936 d.C.
20 de agosto
Nació a la vida cristiana
en la Iglesia Parroquial de Santiago de su pueblo natal. Su tía Araceli
se encargó de su crianza por su pronta orfandad. Honrado y humilde
obrero, fue un ejemplo para todo el pueblo por su pureza de vida.
Verdaderamente piadoso y asiduo al culto litúrgico, siempre
estaba dispuesto a prestar su ayuda ante cualquier necesidad. Comprometido
con su fe cristiana, se afilió a la juventud de Acción Católica
para encauzar su afán apostólico.
El veinte de agosto de 1936, durante la Persecución Religiosa,
unos milicianos los abordaron en la plaza del pueblo junto al siervo de Dios
don José Tapia Díaz. Los amenazaron con matarlos sí
no blasfemaban y, como se negaron resueltamente, los arrestaron en una camioneta
hasta la cuesta de la rambla de Gérgal. El Siervo de Dios contaba
con veintisiete años de edad.
De esta manera narraba el párroco de Terque, don Antonio
Martínez Caparrós, lo referido al martirio del Siervo de Dios:
«Los milicianos, al regresar de darle muerte, dijeron que habían
muerto diciendo “¡Viva Cristo Rey¡”. El día anterior a
su muerte, fue a Íllar, donde estaba don Francisco González
Garrido, párroco de Terque, para confesarse, pues decía que
presentía su muerte. Dicen en el pueblo que era un persona noble,
que no tenía maldad, respetuoso que se portaba bien con todos.».