BEATO EMERICO DE QUART
1 de agosto
1313 d.C.
Nació en el castillo de Quart, hijo del noble Giacomo II; cuando
era joven, deseoso de estudiar Teología, fue enviado a la
universidad, quizás a Turín, donde consiguió el
doctorado. Al finalizar sus estudios, regresó al castillo de
Quart; como no se sintiera atraído por la vanidad del mundo, se
retiró a un lugar, hoy llamado Valsainte, para llevar una vida
solitaria, dedicado a la contemplación y a la oración; en
este lugar después surgió un oratorio que recuerda las
penitencias de Emerico y es meta de peregrinaciones.
No está claro
si después de su período eremítico, ingresó
entre los Canónigos de San Urso, o fue subdiácono del
Capítulo de la catedral, de todas maneras se dedicó
totalmente a la salvación de las almas, suscitando
admiración general, hasta tal punto que al morir el obispo
Nicola I Bersatori, 1301, los dos Capítulos lo eligieron como su
sucesor.
Fue consagrado Obispo de Aosta al final de 1301, en Biella, por el
obispo de Vercelli Aimone di Challant; su trabajo fue extenso,
nombró buenos maestros de escuela, admitió en el
sacerdocio solamente a los clérigos dignos y probados,
aplicó la ley de la residencia, entregó sus ganancias a
los pobres, quedándose solamente lo necesario para vivir,
ayudó a las iglesias de la diócesis. Emerico demustro una
sabia firmeza en la defensa de los derechos y deberes temporales, que
su cargo imponía; tenía un espíritu fuerte y
brillante, de carácter dócil, inflexible ante el mal, era
tan amable que conquistaba a todos.
En el campo espiritual, visitó la diócesis,
convocó el Sínodo diocesano del 1307, revitalizó
la religión, construyó numerosas iglesias,
instituyó en el 1311 el “festum comceptionis Virginis Mariae”;
escribió el precioso “Liber censuum” en
el 1305, que es una fiel descripción y sorprendeten de las
costumbres feudales del Valle de Aosta, utilísimo para los
historiadores del Medioevo. Su episcopado duró hasta 1313;
murió un 1 de Septiembre de este año y fue sepultado en
la catedral.
Los obispos de Aosta siempre aprobaron el culto del Beato Emerico; pero
sólo el 14 de julio de 1881, con decreto del papa León
XIII, después de un regular proceso canónico, el culto y
el título de beato fue confirmado oficialmente.