BEATO EGIDIO DI BELLO
10 de enero
1518 d.C.
Bernardino de Bello nació en Lorenzana (Basilicata) en el seno
de un hogar modesto. Muy inclinado a la piedad desde su niñez,
cuando llega a la adolescencia, obtiene licencia para vivir retirado en
un santuario que se encontraba en medio del campo, donde el joven se
entrega sobre todo a la oración. Pero su soledad es interrumpida
por la visita de los vecinos del pueblo que quieren ver por sí
mismos al joven ermitaño y empiezan a consultarle sus
preocupaciones.
No hallándose
capaz de dar respuesta a quienes acuden a él, decide dejar el
santuario y colocarse como jornalero con un rico agricultor, el cual le
toma afecto y le permite pasar en oración varias horas al
día. Así está un tiempo hasta que madura su propia
vocación y se decide a pedir el hábito franciscano en el
convento de Lorenzana. Admitido al noviciado, profesa como hermano y se
le asigna el encargo de trabajar la huerta de los frailes.
Tiene la inspiración de pedir y obtener licencia para
construirse una pequeña celda en lo más alejado de la
huerta y allí poder pasar en contemplación de las cosas
divinas las horas que no son del trabajo. Y así discurre su
vida: trabajo y oración altísima, siendo evidentes a la
comunidad religiosa las virtudes del humilde hermano, que no
salía de su celda sino para el trabajo y para acudir a la
iglesia donde adoraba con amor al Santísimo Sacramento.
Murió estrechando en sus manos el rosario de la Virgen
María. Es famoso por su amor a los animales. Su culto fue
confirmado en 1880 por León XIII.