BEATO EDUARDO POPPE
10 de junio
1924 d.C.
Nació en Tamise, Bélgica y se llamaba Eduardo Juan.
Estudió en los seminarios de Gante y Malinas. En 1916, durante
la I Guerra Mundial, fue ordenado sacerdote y fue destinado como
vicepárroco en la iglesia de Santa Coleta de Gante, en una
parroquia llena de comunistas. No esperó la llegada del Vaticano
II para iniciar con ellos el diálogo, que no fue por medios de
argumentos políticos, sino con temas espirituales y
eucarísticos. La pobreza era la condición de sus
parroquianos y era un azote que él intentó reparar por
medio de la caridad. Se dio cuenta que la miseria mayor era de
carácter espiritual, y que el hambre de Dios sólo se
podía saciar con la Eucaristía. Comenzó con los
niños de las familias ateas y agnósticas a prepararlos a
la primera comunión.
Débil de salud no ahorró en las obras
pastorales: "Amar a Cristo sin sufrir -escribió en su diario-
quiere decir amar como juego". Agotado en sus fuerzas fue trasladado a
Moerzeke, donde se dedicó a la cruzada eucarística. En
1922 fue nombrado director espiritual del Centro de Instrucción
de los "brancadiers", es decir los camilleros enfermeros de
Bélgica, y director espiritual de las conferencias
pedagógicas para los cuales escribió varios
artículos. Una vez le pidieron una fotografía como
recuerdo y dijo que no tenía, señaló un crucifijo
y dijo: "Quisiera parecerme a él y que éste fuera mi
retrato".
Pidió demasiado a su físico, y pronto fue
consumido del ansia apostólica y del trabajo espiritual. No
tenía más que 34 años cuando tuvo que guardar
cama; a las monjas que le asistían les dijo: "Vosotras
pensáis que la culpa es mía, y que me haya matado con
demasiado trabajo. Puede ser, pero no me arrepiento, ni me
arrepentiré de mi exceso de trabajo. Si sanase,
trabajaría todavía más. A morir por amar a los
demás, me ha enseñado Él". Murió en
Moerzeke. Fue beatificado por SS Juan Pablo II el 3 de octubre de
1999.