BEATO DOMINGO DE LA
MADRE DE DIOS BARBIERI
1849 d.C.
27 de agosto
Natural de
Viterbo. En su obra “Arcana verba” nos describe la historia de su
vocación religiosa. Era hijo de campesinos muy pobres, y un
día estando en oración, sintió que Dios le
destinaba a la vida religiosa para predicar el Evangelio, pero no
solamente a los católicos, sino que su misión
tenía un fuerte contenido ecuménico.
Ingresó en los pasionistas de Vetralla y fue
ordenado sacerdote en 1818 no sin grandes dificultades, sobre todo
porque no tenía suficientes conocimientos culturales. Fue
profesor de Teología y Filosofía y durante su noviciado
en 1814 tuvo otra visión, de que su destino sería el
norte de Europa, y que llegaría a ser sacerdote. Fue destinado a
Bélgica, y desde allí tuvo fuertes contactos con el
“Movimiento de Oxford”, movimiento religioso formado por
teólogos anglicanos que buscaban dónde estaba la
verdadera iglesia de Jesucristo. Su jefe era John Henry Newman. A lo
largo de tres años, Domingo mantuvo contanto con este
movimiento, como único lazo de unión entre la Iglesia
católica y la anglicana.
Mantuvo contactos con Newman, y le envió su obra
“El lamento de Inglaterra”, y fue invitado a ir a Littlemore. Fue
nombrado jefe de la misión pasionista inglesa en 1841;
trabajó hasta su muerte en Reading. Iba sólo con
sandalias, habló a los obreros, se pateó las calles y
soportó los insultos y los maltratos, sin un lamento; todo esto
conmovió a el cardenal Newman, importante personaje de la
iglesia anglicana, que fue fruto de su apostolado. Hubo más
conversiones de sacerdotes anglicanos, y fue gran impulsor del
ecumenismo. Murió en Reading, en la misma pobreza en la que
había vivido. Está enterrado en el convento pasionista de
Sutton, Saint Hellens. Fue beatificado por Pablo VI el 27 de octubre de
1963.