BEATO DIEGO VENTAJA
MILÁN
1936 d.C.
30 de agosto
Diego
nació en Ohanes (Almería); su padre era herrero. Muy
joven pidió a su madre ser sacerdote, quizás por esta
razón la familia se trasladó a vivir a Granada, donde
conoció una gran pobreza; luego la familia se estabilizó
y él fue admitido como fámulo por el abad del Sacro
Monte. En 1888 comenzó sus estudios en esta abadía y tuvo
como compañeros a varios siervos de Dios: Andrés
Manjón y José Gras Granollers. Consiguió una beca
en Pontificio Colegio Español de Roma para estudiar en la
universidad Gregoriana. Fue ordenado sacerdote en 1902 en Roma. En
Granada fue un gran catequista y pedagogo; fue un predicador incansable
y de profunda espiritualidad y conocido por su desprendimiento y
humildad en Sacro Monte, donde logró una canonjía en la
iglesia magistral;permaneciendo más de 12 años de
capellán en el Sacro Monte, cuando diferentes obispos amigos
suyos, entre ellos el de Madrid-Alcalá, le ofrecieron en sus
diócesis los primeros cargos, no aceptando aquellos
ofrecimientos porque, decía, todo lo que él era lo
debía al Sacro Mote y él debía dedicar su servicio
y actividad. Colaboró estrechamente con don Manuel Medina en la
obra de las Escuelas del Ave María.
En la vida de Diego se pueden distinguir dos
épocas: una anterior a la muerte de su madre; otra la que
siguió a este hecho. De salud pobre y enfermiza, puesto que
tenía un pulmón gravemente lesionado mientras
vivió su madre, sin faltar a su deber, evitó cuanto
pudiera perjudicar su salud. Muerta su madre se entregó tan de
lleno a la vida de apostolado que menospreciba todas las demás
cosas.
En el 1935, fue nombrado obispo de Almería por el
papa Pío XI. En su consagración lo presentó su
compañero de martirio el obispo de Guadix, el beato Manuel
Medina Olmos. Ejerció su ministerio episcopal durante un
año en el que intentó hacer un viaje pastoral, para
conocer la diócesis y sus problemas.
Al estallar la guerra civil tuvo posibilidades de ponerse
a salvo, pero nunca quiso dejar a sus feligreses: "nunca deseé
ser obispo; de lo que no me arrepiento es de ser sacerdote". Tuvo que
abandonar el palacio episcopal y marchó a la casa del Vicario
General, donde fue detenido, junto con el obispo de Guadix, Manuel
Medina y trasladados en la cárcel de las Adoratrices, primero
estuvieron aislados y luego los reunieron con religiosos lasalianos y
sacerdotes diocesanos. Les obligaron a dejar el traje
eclesiástico. Serán trasladados al barco “Astoy Mendi”
convertido en prisión, y luego al “Jaime I” donde realizaron
tareas de limpieza con el escarnio de los tripulantes. Después
volvieron al “Astoy Mendi”. Fueron sacados del barco con otros
religiosos y seglares y llevados en una camioneta hasta el llamado
Barranco del Chisme, en la carretera que va de Almería a Motril.
En término municipal de Vícar donde les hicieron bajar y
dieron la orden de fusilarlos; el obispo Medina pidió hablar y
dijo que ellos no habían hecho nada que mereciera la muerte,
pero que los perdonaba para también ser perdonado por Dios, y
deseaba que la suya fuera la última sangre.