BEATA DELFINA DE SIGNE
26 de noviembre
1360 d.C.
Nació en Puy-Michel en los montes del Luberón, Francia,
de la noble familia Glandéves. Hija única de los condes
de Marsella. A los 12 años la prometieron, pero ella ya
había hecho voto privado de virginidad. Casada con san Eleazaro
de Sabrán. Fue un matrimonio blanco ya que eligieron los dos la
castidad como el más alto medio espiritual de perfección.
Se hizo Terciaria franciscana. Toda su vida la dedicaron a la
asistencia a los más necesitados a los que distribuyeron su
fortuna. Delfina mendigaba como alforjera por las calles de Apt. Cuando
san Eleazaro fue enviado a su ducado de Ariano como embajador en el
reino de Nápoles, la actividad benéfica de los dos
esposos continuó en un ambiente todavía más
difícil. En medio de tumultos y rebeliones, los dos santos
fueron embajadores de concordia, de caridad, de oración.
Continuaron sus buenas obras multiplicando sus propios esfuerzos y
sacrificios hasta conquistarse la admiración del pueblo.
Eleazaro murió poco después en París, y tuvo la
gracia de ver a Eleazar en los altares.
Cuando Delfina se vio viuda su principal deseo fue desprenderse de
todos sus bienes y posesiones tanto los de Nápoles como los de
Provenza, lo que no consiguió facilmente pues muchos juzgaron su
actitud como una locura. Por ello tuvo que hacer varios viajes en los
cuales se negó vivir en los palacios que le ofrecían,
queriendo vivir en mayor pobreza. Ella vivió dedicada a la
oración y la pobreza en su retiro de Apta Julia donde
murió.