BEATO DARÍO
ACOSTA ZURITA
25 de julio
1931 d.C.
Nació en Naolinco, Veracruz, en el seno de una modesta familia
campesina y se llamaba Ángel Darío. La revolución
anticlerical mejicana no le impidió ingresar en el seminario,
como alumno externo y ordenarse sacerdote en 1931. Su primer destino
fue la parroquia de la Asunción de Veracruz, como vicario
cooperador.
Desde su llegada a
Veracruz, fue notable para la gente su fervor y su bondad, su
preocupación por la catequesis infantil y dedicación al
sacramento de la reconciliación. Cuando
arreció la persecución no quiso esconderse para poderse
dedicar a sus deberes sacerdotales. En aquellos días se
promulgó el decreto 197, “ley Tejeda”, referente a la
reducción de los sacerdotes en todo el Estado de Veracruz, para
terminar con el “fanatismo del pueblo”. De parte del gobernador, fue
enviada a cada sacerdote una carta exigiéndole el cumplimiento
de esa ley. El día que entró en vigor la ley, los
sacerdotes de la parroquia de la Asunción, permanecieron en sus
puestos, dedicándose a sus labores pastorales. Los soldados
entraron en el templo, abarrotado de gente y empezaron a disparar a los
curas, el único que murió fue el padre Ángel, que
acababa de administrar el bautismo a un niño, cayó
acribillado a balazos y exclamó: “¡Jesús!”.
Todo era confusión y caos, gritería de los niños y
de las personas mayores, que de manera atropellada, trataban de
refugiarse bajo las bancas o corrían buscando la puerta de
salida. Al escuchar los disparos, salió de la sacristía
el párroco pidiendo que a él también lo mataran,
pero los asesinos ya habían huido. El párroco se
acercó para darle los últimos auxilios al P.
Darío. El cadáver fue conducido a la Cruz Roja para
seguir los procedimientos legales. Fue beatificado por SS Benedicto XVI
el 20 de noviembre de 2005.