CUAQUEROS
(Protestantismo y sectas)



HISTORIA 

Los cuáqueros fueron fundados en Inglaterra por el inglés George Fox (1624-1691). Al principio se llamaron «Amigos» o «Sociedad de los Amigos». Después el pueblo los llamó cuáqueros o «Tembladores», porque en un juicio su fundador le dijo al juez: «Quake», es decir «Tiembla», ante la Palabra de Dios.

Se extendieron en Estados Unidos por obra de Guillermo Penn, especialmente en Pennsylvania. Su número queda muy reducido, comparado con otros grupos protestantes. Son esencialmente pacifistas, con costumbres severas y una fuerte exaltación religiosa.

Para buscar sus orígenes hay que remontarse a la época de la Reforma. Muchas de las doctrinas de los cuáqueros fueron tomadas de grupos religiosos más antiguos, sobre todo de los anabaptistas y de los independientes, grupos que aceptan el liderazgo de los laicos, congregaciones independientes y con la total separación de la Iglesia y del Estado.

Hacia 1647, George Fox, comenzó a predicar la doctrina de «Cristo dentro»; más adelante, este concepto se fue desarrollando y enfocando más hacia la idea de «luz interior». A pesar de que Fox no buscaba establecer una entidad religiosa independiente, muy pronto sus seguidores comenzaron a agruparse y a formar una organización autónoma, haciéndose llamar por nombres tales como los de Hijos de la Luz, Amigos de la Verdad y, más adelante, Sociedad de los amigos. 

La primera exposición completa que hubo de la doctrina de la «luz interior» fue escrita por el cuáquero escocés Robert Barclay en «Apología de la verdadera divinidad cristiana», considerada como el trabajo teológico más importante de esta sociedad.

La «Sociedad de los Amigos» fue víctima de persecuciones desde que se formaron como grupo. Interpretaban de forma literal las palabras de Cristo en las Escrituras, en especial las siguientes «No juren de ninguna manera» (Mt 5,34) y «No resistan al mal» (Mt 5,39). De acuerdo con ellas, estaban en contra de prestar juramentos, predicaban en contra de la guerra, incluso el no devolver con agresión las agresiones recibidas, y con bastante frecuencia encontraban motivos para estar en contra de la autoridad de la Iglesia o del Estado. Dado que rechazaban toda organización religiosa, no pagaban el diezmo a la Iglesia de Inglaterra, es más, se reunían en público para celebrar el culto, poniéndose en contra del Acta Conventual de 1664, que prohibía las reuniones de culto en otro lugar que no fuera la Iglesia de Inglaterra. A pesar de ello, hubo cientos de personas que se sintieron atraídas por las enseñanzas de los cuáqueros, tanto en Europa como en América.

Durante el siglo XIX, surgieron ciertas diferencias de opinión respecto a la doctrina central, problemas que con el tiempo se fueron agravando. Como resultado de estas divergencias, dentro de la comunidad surgió un espíritu nuevo. La mayoría de ellos abandonaron sus extrañas formas de vestir y de hablar, como también su actitud hostil hacia las artes y la literatura, asuntos que hasta entonces eran considerados mundanos. 

En cuanto a su número de miembros, siempre han constituido un grupo reducido. A comienzos de la década de 1980, el número total de miembros era de unos 200.000, distribuidos en 30 países. El grupo más importante se encuentra en los Estados Unidos donde, según los últimos cálculos estadísticos, la sociedad contaba con unas 1.100 congregaciones que albergaban más o menos 117.000 miembros. Sigue la Reunión Anual en África, con unos 39.000, y luego Gran Bretaña e Irlanda con unos 21.000 miembros. Hay otros grupos en América Central, Australia, Canadá y Nueva Zelanda.

El Comité Mundial de Consulta de los Amigos constituye la organización internacional de esta sociedad

 

DOCTRINA 

• El ideal de este grupo es llegar a una religión sin creencias fijas ni culto.

• No se necesita ningún sacramento.

• Cristo ilumina directamente el alma y le proporciona el conocimiento de las verdades religiosas.

• Rechazo absoluto del servicio militar, el juramento, el diezmo, el teatro, el baile, y todas las diversiones mundanas.

• El culto es muy sencillo y se reduce a la oración en silencio.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)