No es cierto. La Biblia prohíbe solamente el uso de adornos, que pueden favorecer el orgullo personal y el desprecio de los pobres. Si no miran a esto, se pueden utilizar (Gén 41,42; Judit 10,4).
Tus mejillas se ven lindos con esos aros y tu cuello entre los collares (Cant 1,10).
Pero el padre dijo a sus servidores: Rápido tráiganle la mejor ropa y póngansela, colóquenle un anillo en el dedo y zapatos en los pies (Lc 15,22).
Asimismo, que las mujeres se arreglen decentemente, que se visten con modestia y sencillez, que no se adornen con peinados rebuscados, con oro, joyas o vestidos lujosos (1Tim 2,9).