SAN CLEMENTE I
90-99 d.C.
El
pontificado del cuarto Papa es decisivo para la evolución de la
Iglesia y la difusión del cristianismo. En una carta del
año 96 dirigida a la comunidad de Corinto, San Clemente,
tratando de apaciguar a los que amenazaban con destruir el orden la
comunidad, aparece como el verdadero jefe de la organización
religiosa, y como tal se dirige a sus lejanos fieles. Afirma que el
orden es la ley del universo y un principio de la sociedad visible; por
consiguiente, también de la sociedad cristiana. Los fieles
tienen que obedecer las órdenes igual que los soldados del
ejército romano. Concordia y obediencia son los dos principios
que tienen que guiar la vida de los fieles de Corinto, sobre los que el
efecto de la carta fue muy fuerte y duradero, ya que setenta
años más tarde seguían escuchándola, cada
domingo.
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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)