Cielos nuevos y tierra nueva quiere decir toda la creación
purificada y renovada por la sangre de Cristo y el sufrimiento.
Serán el lugar de encuentro entre Dios y su pueblo,
después del juicio final. En efecto, cielo y tierra quiere decir
todo el universo creado (Gén 1,1; 2,4; 14,19 etc.; Mt 5,18; Mc
13,31; etc.).
Después tuve la visión del Cielo Nuevo y de la Nueva Tierra. Pues el primer cielo y la primera tierra ya pasaron; en cuanto al mar, ya no existe. Entonces vi la Ciudad Santa, la Nueva Jerusalén que bajaba del cielo, del lado de Dios, embellecida como una novia en espera de su prometido.
Oí una voz que clamaba desde el trono: Esta es la morada de Dios entre los hombres: fijará desde ahora su morada en medio de ellos serán SU pueblo y él mismo será Dios con ellos. Enjugará toda lágrima de sus ojos y ya no existirá ni muerte, ni duelo, ni gemidos, ni penas, porque todo lo anterior ha pasado (Ap 21,1-4).