BEATO CAYO COREANO
15 de noviembre
1627 d.C.
Nació en Corea y, todavía sin ser cristiano, vivió
como eremita a una gruta buscando su camino. Cuando los japoneses de
Hideyoshi invadieron Corea, fue apresado, embarcado y llevado a Meaco
donde llegó en pésimas condiciones de salud. Recuperado,
ingresó en un monasterio budista donde no encontró la paz
que buscaba. Entonces un neófito cristiano, lo condujo a la
misión de los jesuitas donde escuchó el evangelio, y esto
le conmovió profundamente. Allí conoció la fe y se
bautizó, y llegó a ser un apasionado catequista y
enfermero de leprosos, se le llamaba el "pequeño
apóstol".
Llegada la persecución de 1614, se marchó a Filipinas,
pero dos años más tarde regresó a su trabajo de
catequista en la clandestinidad. Estaba visitando a unos cristianos
encarcelados en 1626, cuando fue arrestado. Le fue prohibido predicar
la palabra, pero dijo que esto no era posible. Su martirio fue cruel,
fue quemado lentamente en Nagasaki, se le soltaron las cuerdas por el
fuego, se arrodilló, dio gracias a Dios y consumó su
martirio. Fue beatificado en 1867 por el papa Pío IX.