Carmen Godoy Calvache nació el 12 de septiembre de 1888 en Adra, un puerto pesquero de Almería que vivía desde hacía años ya un intenso proceso de industrialización. En Adra se pescaban sardinas, boquerones, lubinas y doradas, y contaba con fábricas de azúcar y fundición de plomo. En los años 30 contaría también con fábricas conserveras. En este entorno industrial los socialistas, comunistas y, sobre todo, anarquistas, creaban sus redes radicalmente anticlericales y de odio a lo cristiano.
En la parroquia de la Inmaculada fue bautizada Carmen. Ya de niña destacaba por su devoción. Al crecer, se responsabilizó de apoyar el culto al Santísimo Sacramento. En 1916, con veintisiete años, se casó con Antonio Coromina Bignati. El sacerdote que les casó, el párroco Luis Eduardo López y Gascón, sería también mártir dos décadas después. Sus dos primeras hijas murieron al nacer. Después llegó en 1919 el pequeño Antonio y, en 1925, ya viuda, su último hijo, Juan.
Una
gestora eficaz y generosa
Así, quedaba viuda a los 37 años, con un
bebé y un niño de 7 años.
Su tía, Emilia Godoy de Navia, que era rica, la acogió en
su casa. Carmen demostró ser una buena administradora y
gestora de los bienes familiares, y al mismo tiempo era generosa con
los necesitados. El proceso de beatificación constata que era
justa en los salarios para los trabajadores y que además cubría
los gastos médicos de las familias de empleados que enfermaban.
De vez en cuando había temporadas de hambre entre los pescadores: en esas etapas, Carmen organizaba repartos de pan. Esto molestaba a varios sectores: a algunos acomodados, porque los dejaba en mal lugar. Y a las asociaciones y grupos revolucionarios, porque dificultaba la revolución y entorpecía la predicación del dogma marxista de la "lucha de clases". Hubo momentos en los que activistas fueron a apedrear su casa, pero ello nunca cesó su actividad caritativa.
En 1933, al proclamarse la II República en España, los anticlericales incendiaron la parroquia de la Inmaculada en Adra. Carmen, siempre buena organizadora, coordinó a los católicos para recoger donativos y reparar los destrozos. Los anticlericales, con los anarquistas de la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) al frente, enseguida la señalaron como líder de los católicos de la ciudad.
Empieza
la Guerra: aunque huyó, la fueron a buscar
En julio de 1936 empezó la Guerra Civil
española y Almería quedó en la zona republicana.
Sabiendo que los anarquistas la tenían en el punto de mira,
Carmen, sus hijos (de 17 y 11 años) y su tía Emilia
huyeron a Madrid. Pero los
anarquistas de Adra fueron a buscarla a la capital. A su
tía Emilia la encerraron en un psiquiátrico donde
murió por malos tratos.
A Carmen la encierran en su propia casa de Adra, que la CNT había ocupado y había convertido en sede de su Comité. Empezarán así 4 meses de torturas. Los anarquistas quieren que ella entregue la lista de personas que ayudaron a financiar la reparación de la parroquia que ellos quemaron. Las personas que donaron dinero al templo serán consideradas "enemigas del pueblo". Más aún, no solo la amenazan a ella, sino también a sus hijos.
Carmen veía claro que con esa lista los anarquistas matarían a muchas más familias cristianas en Adra. Y respondió: “Yo tengo la maleta preparada para la eternidad, podéis hacer conmigo y con mis hijos lo que queráis, pero la lista no os la entrego”.
Torturas
insistentes, cada vez más crueles
La lista de torturas, infligidas además en su propia casa,
durante 4 meses, ofende a cualquier sentido humano:
-
La dejaron sin alimentar
- Le daban para beber solo su propia orina
- Impedían que pudiera asearse, la obligaban a vivir entre sus
propios excrementos
- La mantenían desnuda para humillarla más
- Aunque normalmente la vigilaban milicianas (tan o más crueles
que los milicianos varones) hacían venir a milicianos varones
para mirarla, burlarse y humillarla
- Un testigo aseguró que la exhibían desnuda en una jaula
- En cierta ocasión, introdujeron a un disminuído
psíquico esperando que la violara
- El 1 de septiembre le clavaron una puñalada en el pecho para
debilitarla; tardaría mucho en recuperse de ella
- En una fría noche de noviembre la arrastraron al puerto y la
sumergieron en agua helada; al día siguiente los torturadores
comentaban los gritos de la mujer entre burlas, en las tabernas de
Adra
- Buscaron a su hermano Ramón, lo apuñalaron y luego lo
fusilaron; se encargaron de decírselo a Carmen, para que
abandonase toda esperanza de ser rescatada
La
noche final, violación y asesinato
Finalmente, en la última noche de 1936,
quizá como "fiesta de fin de año" y hartos de que ella no
revelara ningún nombre, la subieron en un vehículo y la
llevaron a la carretera de La Curva, donde uno
de sus verdugos la violó. Después, ya pasada la
medianoche, la llevaron a la Albufera de Adra, cavaron una fosa ante
ella, le
dieron varios golpes con la azada en la cabeza y la enterraron, al
parecer aún viva. Solo después de la Guerra
podría ser recuperado su cuerpo y enterrado en el Cementerio
Municipal. Hoy se la recuerda junto a otros mártires de Adra en
la parroquia de la población.