BEATA CARMEN
GARCÍA MOYÓN
30 de enero
1937 d.C.
Nació en Nantes, Francia; era hija de padre español y
madre francesa; el padre era un carlista exiliado en Francia. El padre
decidió regresar a España y se estableció en
Barcelona, aquí pasó Carmen toda su juventud.
Creyó que su vocación era la vida religiosa y por ello
ingresó en el noviciado de las Hermanas Terciarias Capuchinas de
la Sagrada Familia, haciendo sus primeros votos en 1920, pero
comprobó que este no era su camino y dejó la comunidad.
Se propuso ser una
verdadera apóstol seglar, y junto con su amiga Asunción
Fernández Roig, que también había estado en el
mismo convento, se trasladó a Manises. Se ganó la vida
como costurera y todo su tiempo libre fue para las obras
apostólicas. Hacia 1928, ambas amigas se establecieron en
Torrente y trabajaron algunas horas en el convento de los Terciarios
Capuchinos de la Virgen de los Dolores, con quienes colaboraron
apostólicamente. Fue catequista. Cuando su amiga se casó,
Carmen montó un taller de costura donde realizó un gran
trabajo apostólico entre sus alumnas. También
emprendió numerosas obras de caridad, visitando a los enfermos
pobres. Al crearse en el convento la rama femenina de la Pía
Unión de San Antonio, Carmen fue una de las primeras en
inscribirse y colaboró como catequista de niñas.
Cuando llegó la revolución de 1936, no dudó en
exponerse a fin de sostener el ánimo de los católicos
perseguidos. Llevaba la Eucaristía por las casas y servía
de enlace entre los sacerdotes y los fieles. Cuando mataron a los
Terciarios Capuchinos del convento de Torrente, no decayó su
ánimo. No se escondió y no disimuló su
condición de católica. Fue apresada y la llevaron a la
carretera de Montserrat y junto al Barranc de les Canyes, intentaron
violarla, pero ella se defendió diciendo que prefería la
muerte. Entonces fue rociada de gasolina y convertida en una tea viva,
fue gritando vivas a Cristo Rey, de un lado a otro, sin poder tampoco
reprimir gritos de dolor, mientras los milicianos se burlaban de ella,
hasta que murió tan cruelmente. Fue elevada a los altares
en el grupo de 233 mártires de la misma persecución
beatificados por SS Juan Pablo II el 11 de marzo de 2001.