BEATO CARLOS JORGE
7 de agosto
1936 d.C.
Dalmacio Bellota Pérez nació en
Capillas de Campos (Palencia) en 1908. Vistió el hábito
de los Hermanos de las Escuelas Cristianas e 1925, tomando el nombre de
Carlos Jorge. Terminada su formación religiosa y profesional en
Bujedo (Burgos) ejerció su apostolado en el colegio de Nuestra
Señora de las Maravillas de Madrid, hasta que en 1931 fue pasto
de las llamas, porque según decían sus enemigos, era el
cuartel general del Cardenal Primado de España, doctor Pedro
Segura. Su destrucción había sido ya preparada y hasta
anunciada en periódicos suizos y comunistas de Berlín un
mes antes de que sucediera.
Tras la quema del
Colegio con la ausencia y pasividad de las autoridades republicanas, el
Hno. Carlos Jorge continuó su apostolado en Cuevas de Almanzora
(Almería). Siempre dio ejemplo de piedad y de amor al estudio.
Posteriormente en la
Escuela Gratuita de Chamberí (Madrid) y por último en
Consuegra (Toledo), en cuyas cercanías fue asesinado como
había preferido antes que faltar a su vocación de
educador cristiano y religioso. En efecto, al proponérselo
personas de su familia que se quedase en casa, vistos los malos tiempos
que corrían para los religiosos después del incendio del
Maravillas, él contestó: “Prefiero seguir Hermano de las
Escuelas Cristianas aún cuando para ello tenga que morir
mártir”.
El 21 de julio de
1936, sobre las nueve de la mañana, los Hermanos se hallaban
oyendo la Santa Misa. Los milicianos, por orden gubernativa, cercaron
la Escuela, profiriendo insultos y mueras. Advertido de ello el
celebrante, consumieron las Sagradas Formas para evitar cualquier
posible profanación de las mismas, y se trasladaron a la casa de
unos vecinos. Pero los milicianos al no encontrar a los religiosos en
su Colegio también rodearon la casa en que se habían
refugiado. Conminados a que se entregaran, así lo hicieron, sin
resistencia alguna. Llevados a la cárcel, en ella continuaron
preparándose a la muerte.
En la noche del 6 al 7 de agosto de 1936, sin previo juicio alguno ni
sentencia de ninguna clase, los sacaron juntamente con un sacerdote y
los asesinaron junto a otros fieles consaburenses, en el sitio
denominado “Boca del Congosto”, en el término de Los
Yébenes (Toledo). Los Hermanos Teodosio Rafael, y los beatos
Eustaquio Luis y Carlos Jorge recibieron la muerte, entre los insultos
y blasfemias de sus verdugos, y con el grito de “¡Viva Cristo
Rey!” en los labios. Fueron beatificados por SS Benedicto XVI el 18 de
octubre de 2007.