BEATA CARIDAD ALVAREZ Y ESTHER PANIAGUA
1994 d.C.
23 de octubre
El 8 de diciembre de 2018,
fiesta de la Inmaculada, la pequeña comunidad católica de Argelia
y la universalidad de la Iglesia vivirán un momento de gran gozo y
alegría con la beatificación en Orán de 19 misioneros
mártires asesinados en este país norteafricano en la década
de los 90 del pasado siglo.
Entre los mártires se encuentran el obispo de Orán, los
siete monjes trapenses de Tibhirine, un hermano marista, una hermana de la
Asunción, cuatro Padres Blancos, dos hermanas de Nuestra Señora
de los Apóstoles, una hermana del Sagrado Corazón y dos agustinas
misioneras.
De ellos 16 eran franceses, un belga, y dos religiosas españolas.
Estas dos últimas eran las hermanas Esther Paniagua Alonso y Caridad
Álvarez Martín, ambas religiosas de las Agustinas Misioneras,
congregación fundada en 1890 y formada en la actualidad por 500 hermanas
repartidas en 16 países.
Estas dos hermanas, aún sabiendo que su vida corría
peligro decidieron quedarse en Argel para estar al lado de los enfermos,
niños, mujeres que atendían y de la pequeña comunidad
católica.
Ambas fueron asesinadas a quemarropa cuando iban a la iglesia
el 23 de octubre de 1994, justamente el día del Domund, jornada que
celebra la vida misionera. Esther, a la que las personas a las que atendía
la llamaban “Ángel” decía poco antes de morir sabiendo del
peligro al que se exponía: “Nadie puede quitarnos la vida, porque
nosotras ya la hemos entregado… No nos pasará nada porque estamos
en las manos de Dios y… si nos pasara algo, seguimos estando en sus manos”.
Debido al peligro que corrían al decidir quedarse en
Argelia en plena guerra, en la Embajada las recomendaron que no salieran
en grupo del convento sino en parejas. Por eso, Esther y Caridad iban juntas
cuando las dispararon.
María Jesús Rodríguez, quen era provincial
de las comunidades en Argelia en aquel momento y testigo del martirio de
estas dos religiosas. Explicó que todos los extranjeros, y especialmente
los religiosos, estaban amenazados de muerte. Viajó precisamente a
Argelia para acompañar a las hermanas en un proceso de discernimiento
para que libremente decidieran si querían dejar el país o quedarse
en el país.
"El discernimiento se basó en dos preguntas: ¿qué
quiere Dios de nosotras?; ¿qué necesidades tiene el pueblo
argelino?", contó. Todas decidieron quedarse en Argelia libremente.
Esto fue tan sólo unos días antes de que fueran asesinadas
Esther y Caridad.
En este discernimiento que quedó por escrito, María
Jesús recordaba lo que Caridad dejó escrito: “Estoy abierta
y obediente a los que Dios quiera de mí, a lo que vean mis superiores.
María estuvo abierta al querer de Dios, quizá le costó.
Deseo estar en esa actitud ante Dios en los momentos actuales”.
María Jesús nunca olvidará a Esther y Cari
el día que murieron mártires: "Las vi felices, muy felices,
con un sentido del humor increíble... Esther y Caridad salieron primero,
y diez minutos después salimos Lourdes Miguélez y yo. En la
calle escuchamos unos disparos, y los vecinos nos decían: hermanas,
volved a casa".
La Orden de los Agustinos Recoletos ha presentado un documental
de 25 minutos sobre las vidas de estas mártires, donde se recoge el
testimonio de las personas que estaban con ellas aquellos días, que
las conocían y también de sus misioneros. Este es el reportaje
que publica la agencia SIC:
Cari y Esther, Mártires de vida recoge
los testimonios de los Superiores generales
de la familia agustiniana y de las personas
que vivieron de cerca la muerte de las dos religiosas.
En algo más de 25 minutos, el reportaje multimedia
recuerda con sus protagonistas el discernimiento
que realizaron las agustinas misioneras
los días previos a su asesinato, el día
de su muerte y el significado que tuvo para toda
la familia agustiniana y la reacción
que supuso el anuncio de la beatificación.