BEATA CANDELARIA DE
SAN JOSÉ
31 de enero
1940 d.C.
Nació en Altagracia de Orituco, Estado de Guárico,
Venezuela. En el seno de una familia humilde. Desde joven
destacó por su caridad hacia sus semejantes, particularmente
para con los enfermos, menesterosos, abandonados a quienes
recogió en su propia casa a fin de atenderlos y curarlos.
En 1901 estalló
en Venezuela la llamada “Revolucionaria Libertadora” que tuvo para el
pueblo de Altagracia funestas consecuencias por los muertos que
dejó en su casas. En 1903 llegó a Altagracia como cura
vicario el doctor Sixto Sosa, que tanto habría de influir en la
vida de Susana. Se construyó un hospital y se nombró a
Susana como directora del mismo, por la labor que había ejercido
cuando los sucesos pasados. Se le unieron otras tres mujeres, y como
tenían vocación religiosa, el doctor Sixto, de acuerdo
con el obispo de Calabozo, las vistió, en 1906, con el
hábito de las Hermanitas de los Pobres. Susana cambió su
nombre por el de Candelaria. En 1914 nació así la nueva
congregación: Las Hermanitas de los Pobres de Altagracia
(actualmente llamadas las Hermanitas Carmelitas de la Madre
Candelaria). El padre Sixto será después nombrado obispo
de Cumaná.
En 1916 emitieron sus
votos religiosos y perpetuos en manos del padre Fundador Sixto Sosa. Se
inició la fundación de otros dos hospitales, el de Upata
en el Estado de Bolívar y el de Porlamar en la isla Margarita.
Su vida
transcurrió entre los pobres; se distinguió por una
profunda humildad, una inagotable caridad con ellos, y una profunda
vida de fe, oración y amor a la Iglesia. Además de su
esmerada atención a los enfermos, se preocupó de la
educación de los niños, tarea que dejó como legado
a sus hijas carmelitas.
En 1918 cayó
gravemente enferma y tuvo que reponerse y en 1922 la nueva
congregación pasa un difícil trance pues el nuevo Nuncio
Mons. Felipe Cortesi urgió la legalización
canónica del Instituto de acuerdo con las normas del nuevo Derecho Canónico.
Propuso que se fusionaran con las Hermanitas de los Pobres de
Maiquetía, pero fue inútil, y en 1925 fueron agregadas
definitivamente a la Orden del Carmelo. Se convirtieron en Terciarias
Carmelitas Regulares, y son más conocidas como las Hermanas
Carmelitas Venezolanas. La hermana Candelaria fue nombrada Superiora
General.
En 1929 un fuerte terremoto destruyó casi por completo la ciudad
de Cumaná, y allí asistieron las carmelitas; y
allí fijaron definitivamente su residencia y allí se
estableció el colegio de Nuestra Señora del Carmen, el
primero de la congregación y la casa “Betania” para atender al
Seminario. Murió en Cumaná asfixiada por una
hemorragia. Fue beatificada el 27 de abril de 2008 por Benedicto
XVI.