BAUTISMO
Vocabulario bíblico
En su origen es un rito simbólico
que consiste en sumergirse en el agua para indicar que uno liberado (lavado)
de sus pecados. Este rito de purificación por medio del agua era frecuente
en otras religiones y conocido en Israel (Números 19, 1-22).
Juan el Bautista lo practicó masivamente en su predicación
como signo de acercamiento a Dios, pero insistiendo en la conversión
interior (Lucas 3, 3-20). Jesús, que quiso recibir el bautismo de
Juan (Marcos 1, 9-11), lo convirtió por una parte en rito de incorporación
a su Iglesia (Mateo 28, 19), y por otra en signo visible de la gracia profunda
e invisible que Dios concede a quien acepta por la fe la buena noticia proclamada
por él. Este último es el bautismo en Espíritu Santo
y fuego (Lucas 3, 16; Juan 1, 33; Hechos 1, 5) que lleva consigo una especial
consagración a Dios Padre, Hijo y Espíritu y un rechazo total
del pecado.
A veces la palabra bautismo se utiliza en sentido figurado para
indicar las pruebas y sufrimientos por los que tiene que pasar el discípulo
que sigue de cerca a Jesús (Marcos 10, 38-39) y que participa de manera
misteriosa y profunda en el acontecimiento salvador de su muerte y resurrección
(1 Pedro 3, 21).