Nació en la ribera del lago Constanza; pertenecía a la
familia de los condes de Bogen; después de un breve periodo de
vida matrimonial, se quedó viudo con 30 años y pronto
ingresó en los benedictinos de Blasien de Golwin (San Blas) en
la Selva Negra, y fue elegido bibliotecario. Fue prior de la
abadía y hacia el 1105, fue llamado por el abad Harmann a
la abadía de Göttweig, en la Baja Austria, diócesis
de Passau, para que sustituyera al prior Wirnt que había sido
enviado con algunos monjes al monasterio de Garsten en Stiria
(región de Austria entre Carintia y Hungría) que
había sido fundado por Otokar, marqués de la
región.
En 1111, Wirnt fue enviado a dirigir un monasterio en Baviera y
Bertoldo le sucedió como abad de la abadía de Garsten.
Con pocos medios aumentó las propiedades del monasterio, gracias
a las donaciones de personas privadas y del emperador Corrado III, de
los beneficios obtenidos construyo una hostería para los
huéspedes y fundó un hospicio para pobres. Bajo su
dirección se cultivó de forma especial el culto divino, y
la abadía fue un centro de atracción; austero en la vida,
dio ejemplo de oración; gozó de una gran
reputación como confesor, y cosa insólita para aquellos
tiempos, enseñó a los monjes y laicos la práctica
de la confesión frecuente, él mismo pasaba varias horas
en el confesionarios, y el emperador Corrado III fue su penitente. Tuvo
el don de profecía y un gran poder taumatúrgico y a veces
multiplicó los recursos de la abadía.