BEATO BERNARDINO CAIMI
9 de febrero
1500 d.C.
Se
cree que nació en Milán o en Alagna Lomellina, en el seno
de una noble familia que poseía un castillo en Pianzola. En 1474
nos lo encontramos en el convento franciscano de Sant’Angelo de
Milán, en el 1475 era guardián en la comunidad de Lodi,
cargo que, al año siguiente detentará en el convento de
Sant’Angelo de Milán; estos cargos lo confirman como uno de los
padres más queridos de Lombardía, hombre de gran
prudencia y capacidad de gobierno.
Su fama se difundió más allá de su provincia
religiosa. Fue comisario de los franciscano en Calabria en 1484 y en
territorios particularmente difíciles como Bosnia y Croacia (no
hay que olvidar que en 1453 había caido Constantinopla en manos
de los turcos). Para predicar una cruzada contra los turcos, fue
elegido por el papa Sixto IV, que lo enviará como embajador ante
el rey Fernando el Católico de España. Pero Bernardino se
distinguió mayormente en el periodo en el que ostentó, a
partir del 1478, el encargo de comisario y custodio de Tierra Santa,
experiencia que le llevó a edificar el Sacro Monte en Varallo y
en Granada (España), como exacta reproducción de los
santuarios de Palestina que, por las circunstancias políticas,
eran muy difíciles visitar para los peregrinos europeos).
El nombre de Bernardino Caimi quedó definitivamente ligado a
Varallo, la capital de Valsesia, donde a partir del 1486, él se
dedicó a la construcción primero del convento y de la
iglesia de la Madonna delle Grazie y después del santuario hasta
su muerte. Su culto es litúrgico y popular.