BEATO BARTOLOMÉ
JARRIGUE DE LA MORELIE DE BIARS
13 de julio
1794 d.C.
En
un sórdida galera que estaba de Rochefort en la costa francesa, Beatos
Luis Armando José Adam, de la Orden de los Hermanos Menores
Conventuales, y Bartolomé Jarrige de la Morélie de Biars,
sacerdotes y
mártires, que, condenados durante la persecución contra
la Iglesia por
ser sacerdotes fueron confinados en una nave, murieron de enfermedad,
víctimas de su caridad por sus compañeros de
prisión.
Bartolomé nació
en Moutier, junto a Saint-Yriex en 1753. Primero fue militar y luego
ingresó en la abadía benedictina de Lezat,
diócesis de Rieux, donde hizo la profesión religiosa y
fue ordenado sacerdote. Luego pasó al clero secular,
incardinándose en la diócesis de Limoges. Llegada la
Revolución, se quedó a vivir con su familia en
Saint-Yrieix, de cuya iglesia colegial era canónigo un hermano
suyo.
Continuó ejerciendo con celo su ministerio en 1791
y 1792. En 1793 fue arrestado y condenado a la deportación por
el tribunal del departamento de Haute-Vienne, siendo declarado
refractario a la ley del 14 de agosto de 1792. El 25 de febrero de 1794
se le envió a Rochefort, a donde llega el 12 de abril, y fue
embarcado en “Les Deux Associés”. Fue uno de los primeros
en morir tras su llegada a Rochefort, dado que su débil
constitución no soportó tantas penalidades y murió
de inanición, se quedó solamente con los huesos y la
piel. Los
dos fueron enterrados en la isla de Aix, y beatificados el 1 de octubre
de 1995 por SS. Juan Pablo II.