BEATO AVERTANO
25 de febrero
1380 d.C.
No son
muchas
las noticias que poseemos de la vida de este ilustre carmelita. Buena
fuente de estas noticias, aunque muy parca, es el "Catálogo
de los Santos", escrito a finales del siglo XIV. Según
él, nuestro Avertano nació en la diócesis de
Limoges (Francia) a finales del siglo XII.
Con deseos de
alcanzar la santidad y atraído por los buenos ejemplos de los
carmelitas que venidos de Oriente acababan de llegar a su patria,
abrazó la vida del Carmelo como hermano de obediencia. Pronto
llamó la atención por sus muchas virtudes, que
ejerció en todos los conventos donde le tocó vivir.
Avertano, a
pesar de carecer de estudios, pronto supo asimilar el espíritu
del Carmelo en su doble vertiente: contemplativo y activo. En aquel
tiempo -los inicios de la Orden- estaba en toda su pureza y
lozanía. Vivió también con generosidad la nota de
mendicidad o peregrinación, que tan en boga estaba en aquellos
años. El espíritu del camino o peregrinación fue
trampolín desde el cual se lanzó a alcanzar la santidad.
De él se sirvió también para llevar almas a
Cristo, en su fecundo apostolado.
Junto con el Beato Romeo de Lucca, sacerdote de Limoges,
peregrinaron a Italia por
los diferentes santuarios de la península y a Roma. Sucumbieron
a una epidemia contagiosa en el hospital de San Pedro de Lucca. Pronto
acudieron a venera su sepulcro de toda Italia y de otras naciones
porque el Señor obraba muchos milagros a favor de cuantos
acudían a él. Tiene culto local.