BEATO ARNALDO AMALRICO
30 de julio
1225 d.C.
Monje de Citeaux, abad
de Poblet en Barcelona, después de Grandselve y de Citeaux. Fue
un enérgico campeón de ortodoxia contra los herejes y los
infieles. En el 1204, como legado apostólico de Inocencio III,
reforzó la misión de beato Pedro de Castelnau contra los
albigenses, continuándola después de su asesinato.
Predicador de la gran cruzada antiherética, guió al
ejército al asedio y a la masacre de Béziers (1209) y fue
el animador de las acciones bélicas de Carcassona y Lavour.
Obtuvo, con implacable intransigencia, y forzando las largar
resistencias de mismo pontífice, la excomunión de
Raimundo VI de Toulouse (1211), la deposición y la
dimisión de varios obispos, entre ellos el de Berengario de
Narbona.
Elegido arzobispo de Narbona en 1212, participó el mismo
año, con tropas cruzadas, a la “reconquista”y victoria contra
los moros de las Navas de Tolosa. Reivindicó vigorosamente,
contra las pretensiones de Simón de Montfort (al que
logró excomulgar en 1216), los derechos feudales de la
diócesis. Fue acusado de excesos, pero tuvo fama de vida
íntegra y de ardiente celo apostólico. Inocencio III le
envió el “Libro de los Sermones”, una recopilación
de discursos del mismo pontífice. Arnaldo murió en la
abadía de Fonrfroid. Su cuerpo fue transportado a Citeaux y le
fue eregido un mausoleo. Es recordado en los Menologios de
Henriquez y Bucelino.