BEATO ARCANGEL DE
CALATAFIMO PIACENTINI
10 de agosto
1460 d.C.
Natural de Calatafimo en Sicilia. Descendiente de la noble familia
Piacentini o Piacenza. Huía del mundo y el mundo corría
detrás de él. Siendo aún "muy joven",
abandonó su hogar para vivir como ermitaño en la soledad
de las montañas. Fue tal su vida de austeridad, oración y
penitencia que -aun aislado- pronto acudieron a conocerle y a recibir
su bendición o un consejo numerosas personas. Para continuar en
su soledad rindiendo tributo al Creador, se trasladó a Alcamo;
sin embargo, resultó inútil su deseo, ya que pronto su
fama de santidad llegó a las poblaciones vecinas, por lo que
volvió a recibir la visita de innumerables fieles.
Fue entonces que se enfrentó a la disyuntiva de permanecer
aislado en oración o acompañar a los fieles y auxiliarles
en sus necesidades espirituales y materiales, pues los vecinos del
lugar le pidieron dirigir el abandonado hospital de la ciudad. Al optar
por lo segundo, dedicó todas sus fuerzas a reconstruir el
nosocomio, el cual al poco tiempo fue remodelado en su totalidad y
empezó a brindar servicios de salud de calidad a quien a
él recurría. Cuando el hospital estuvo listo de la forma
más que adecuada decidió, una vez más, retirarse a
una cueva a continuar su vida de ermitaño; esta vez fue el
decreto del Sumo Pontífice Martín V, el cual
suprimía a los ermitaños de Sicilia, lo que le hizo dejar
su retiro e ingresar con los Hermanos Menores (franciscanos) de
Palermo, donde cursó el noviciado.
Por su
vida llena de virtudes, fue elegido ministro provincial en la Orden,
labor en la que destacó. Al concluir este cargo, regresó
a Alcamo para fundar el monasterio de Santa María de
Jesús, anexo al hospital por él reconstruido. Sin
precisarse fecha, fue ordenado sacerdote y continuó su ejemplar
vida plena de oración, austeridad, penitencia y servicio al
prójimo. Sus dotes de orador le llevaron a recorrer gran parte
de su país, logrando la redención de pecadores y la
conversión de muchas almas. Entregó su vida al Creador en
el monasterio citado. Gregorio XVI confirmó su culto en
1836.