BEATO AQUILINO RIVERA CAMARGO
1936 d.C.
22 de noviembre
Cinco días después
de su nacimiento fue bautizado en la Iglesia Parroquial de la Encarnación
de su pueblo, en tierras de Jaén. El canónigo Sánchez
Cuevas escribió de su infancia: « Familia de hondas raíces
cristianas como tantas otras de nuestros pueblos en aquellos años,
le educaron en la fe que se vivía en la familia y flotaba en el ambiente
y, para fortalecerle en ella, le llevaron a recibir el sacramento de la Confirmación
en su misma Parroquia natal con sus cinco años cumplidos. »
Trasladada la familia a Pozo Alcón, ingresó en
1919 en el Seminario de san Idelfonso de Toledo. Allí estudió
con brillantez y admiración de sus superiores, compaginando su vida
seminarística con el servicio militar que cumplió en Radio
Telegrafía y Automovilismo de Madrid. El quince de abril de 1933,
sábado santo, fue ordenado presbítero en la ciudad de Toledo.
Al mes de su ordenación fue nombrado Coadjutor de la
Parroquia de santa María de Huéscar y Coadjutor de san Clemente
de Guardal. El cuatro de agosto de 1936, al no poder resistir Huéscar
el bombardeo republicano, entraron los milicianos y comenzó la Persecución
Religiosa. El cuatro de agosto de 1936, a sus veintinueve años, fue
detenido junto con el Párroco y encarcelado en Baza.
El presbítero Gallego Fábrega escribió:
« El veinte de agosto en la cárcel de Guadix fue colocado entre
los que habían de ser asesinados aquella noche, y con gran entereza
sacerdotal les alentó y confesó, cayendo luego en un estado
de postración y abatimiento, debido al esfuerzo nervioso desarrollado.
De aquí fue conducido a la prisión de Almería, el veinticuatro
de agosto y un mes después en la noche del veintitrés de septiembre,
luego de haber confesado a cuantos con él se hallaban, fue asesinado
en las tapias del cementerio de Almería. Su actitud ante la persecución
y el martirio fue de aceptación generosa y agradecida de la voluntad
del Señor que le había elegido. »